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España promueve en Bruselas la tasa Google


El Gobierno español impulsará, desde la presidencia europea, una declaración que recogerá la intención de las operadoras de cobrar a las compañías de contenidos de Internet por el uso que hacen de sus infraestructuras.

DANIEL BASTEIRO - PÚBLICO.- España promoverá en las próximas semanas una tasa en el ámbito europeo que gravará a los grandes buscadores y redes sociales. La nueva tasa Google, reclamada este mismo mes por el presidente de Telefónica, César Alierta, busca recompensar a las empresas de telecomunicaciones por el uso que Google, Yahoo, Microsoft y otras grandes empresas que ganan dinero en Internet hacen de sus infraestructuras.

"Google y otras empresas tienen millones de clientes, así que deben pagar un poco de todo lo que ganan ocupando un ancho de banda que no se puede utilizar para otra cosa", aseguran fuentes del Gobierno español que trabajan ya en una declaración de los 27 sobre el tema, que se presentará en abril, y que pedirá más medidas para proteger la propiedad intelectual, luchar contra la piratería y aumentar la contribución de las empresas de contenidos en el desarrollo de las redes. El argumento del Ejecutivo español es que las empresas de telecomunicaciones pagan al desarrollar la infraestructura y mantenerla al día, y el ciudadano paga por su conexión, pero las empresas de contenidos (que, en su mayor parte, son estadounidenses) no pagan por mantener esas infraestructuras.

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, que visitó ayer Bruselas, defendió la necesidad de un debate que se incluirá dentro de la estrategia digital de la Unión Europea para los próximos 15 años y que España, como país presidente de los 27, tiene la responsabilidad de pilotar. Sin embargo, las empresas de contenido on-line, asociaciones de internautas y algunos europarlamentarios rechazan la posibilidad de una tasa Google. La consideran un ataque frontal a la neutralidad en la Red, el principio que explica su desarrollo, dicen, porque garantiza que las operadoras no dan prioridad al contenido de una compañía sobre otra. Es decir, el carácter abierto y sin discriminaciones que permite acceder y prestar libremente servicios on-line.

"Es una opción que tenemos que estudiar", confesó Sebastián en Bruselas, porque "esos ingresos adicionales que podrían recibir los operadores serían útiles, beneficiosos, trasladables a los usuarios". La tesis del ministro de Industria se basa en el lamento de empresas como Telefónica o Vodafone, que critican que los motores de búsqueda, redes sociales y proveedores de servicios gratuitos basados en la publicidad saquen, según las operadoras, un gran partido económico a la inversión que ellas hacen en el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura. En otras palabras: Google, Microsoft o Facebook multiplican sus beneficios gracias al uso de la capacidad de Internet que construyeron otros.
Fuentes de Google en Bruselas reaccionaron ayer, por primera vez desde las palabras de Alierta, a la polémica suscitada por las declaraciones del ministro. "Estamos dispuestos a discutir el gran valor de Internet para la economía y la sociedad española", dijo un portavoz a Público. Una frase muy simple que deja entrever la postura de la compañía: una tasa de ese tipo frenaría el crecimiento de Internet.

Para Christian Engström, eurodiputado del Partido Pirata sueco, la propuesta "penaliza el éxito" de las empresas de Internet que lograron un gran desarrollo sólo después de poner en práctica un sentido de la innovación que sólo contaba con la gratuidad y la universalidad de la Red como aliadas.

Las asociaciones españolas de usuarios e internautas, por su parte, se han mostrado, ya en reacción a la petición de Telefónica, poco convencidas de los beneficios para los consumidores que Sebastián asegura defender. La red debe ser "asequible, accesible y universal", asegura Víctor Domingo, de la Asociación de Internautas, para quien una tasa en esa dirección acabaría con la neutralidad de la Red. Según estas asociaciones, tras acciones como esta se encuentra la intención de discriminar a los diferentes servicios de Internet en función de la rentabilidad para los proveedores de acceso a Internet (ISP), que podrían ofrecer servicios premium o de pago adicional al internauta para permitirle utilizar programas o aplicaciones que ahora gozan de un acceso universal. "No queremos que las operadoras elijan las diferentes variedades de un mismo tipo de producto", advirtió en Barcelona Eric Schmidt, consejero delegado de Google.

Según Sebastián, los buscadores "se benefician" de los servicios de las operadoras. Una tasa de esos beneficios que vaya directamente a las telefónicas es "una buena opción" porque podría dar lugar a "un uso más barato, más eficiente", y que redundará en una conexión "de más calidad y más barata" gracias a hipotéticas inversiones en infraestructura.