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Sarko, ya has cometido demasiados errores


Sarkozy ha declarado recientemente que no "quiere cometer errores" en la regulación de Internet, al que define en un alarde de cursilería como "frágil ecosistema". Sin embargo, la cumbre del eG8 en sus manos es como una bomba nuclear que se deja caer en ese ecosistema.

Dice no querer cometer más errores pero sin embargo, Sarkozy ha cometido ya demasiados al respecto. El primero, erigirse en representante europeo de los lobbies del copyright, debido principalmente a los intereses particulares de su esposa Carla Bruni, una de las más fieras defensoras del copyright y todo lo que tiene que ver con el apropiacionismo de los derechos de autor ejercido por sus gestores, capaces incluso de hundir la cultura siempre que sus bolsillos salgan a flote.

El segundo error de Sarkozy ha sido pasar de las palabras a la acción y dedicarse a la caza de brujas del internauta. Para él todo vale con tal de contentar a los fieros defensores del copyright, pero sabemos que en democracia existen límites, y estos límites los marca la Constitución. Límites como el derecho a la privacidad, al secreto de las comunicaciones, a la presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo no parecen ser del agrado de Nicolas Sarkozy.

Y el tercer error del presidente francés ha sido desoír a la multitud de ciudadanos y expertos -los cuales les advirtieron de que iba a cometer una barbaridad- y perseverar tozudamente en los errores anteriores implantando una ley, la Hadopi, destinada a suprimir el acceso a Internet a multitud de ciudadanos franceses por el solo hecho de sospechar (que no de poder demostrar) que estaban realizando descargas -allí sí- ilegales.

Tratar de identificar al internauta responsable de una descarga en base a una dirección IP es técnicamente incongruente. Pero hacer responsable de esa descarga al titular de una IP es aún más grave, ya que esa IP puede haber sido usada por cualquier otra persona o puede incluso haber sido falsificada (spoofed) para ocultar la IP real de quien realiza la descarga. Sin más pruebas incriminatorias contra ese titular, se puede cometer una injusticia mayor que la que se pretende evitar. Por último, se pretende que a ese titular le sea imposible conectarse a Internet, sin tener ninguna prueba de que sea el responsable de esa descarga; y probablemente ese internauta necesite Internet para el desempeño de su trabajo, con lo que además se le está privando del mismo. Es decir, estamos ante un caso de total desproporcionalidad en la aplicación de la ley, de una total indefensión del acusado y de una muy probable imputación falsa de un delito (en Francia, la descarga lo es) en base a una "prueba" tan débil como es una IP, dado que no puede demostrarse su relación indubitada con el titular de la línea.

También se le advirtió a Sarkozy que el usuario de Internet no tiene por qué ser un experto en informática capaz de estar monitorizando su propia red WiFi las 24 horas del día para detectar y anular cualquier posible intrusión de otra persona en la misma. Su respuesta, demostrando su empecinamiento en continuar cometiendo errores, fue tan rápida como alarmante: el gobierno francés distribuiría routers "homologados" entre la población que imposibilitaran el acceso a los principales sitios de descargas, incorporando una suerte de lista negra, que el gobierno iría modificando periódicamente. Es decir, que dijo sin sentir el más mínimo sonrojo, que el gobierno francés estaba dispuesto a implantar la censura en Internet.

No, señor Sarkozy; ya no engaña a nadie, si es que piensa que alguna vez lo consiguió. A las gestoras de derechos les vienen muy bien sus medidas porque creen que con ello llenarán aún más sus arcas y a Vd. y los demás gobiernos del mundo les vienen muy bien sus medidas porque le permiten ejercer la censura que siempre han deseado ejercer sobre cualquier medio o instrumento capaz de dejar oír la voz libre de la ciudadanía, en vez del discurso prefabricado que Vd. desea venderles. Y que, gracias a Internet, ya nadie está dispuesto a comprarle.

Finalmente, en un arranque de cinismo, ha llegado a decir que es "mejor no hacer nada que hacer daño"; si realmente se cree sus propias palabras, no quiere hacer daño y quiere hacer algo realmente útil por Internet, quite sus manos de ella de inmediato.

Será la única manera de que Internet pueda seguir siendo libre y no un instrumento de control gubernamental sobre la población.

Sr. Sarkozy, el verdadero error es Vd.

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