La exclusión digital: zonas donde todavÃa no llega Internet
La exclusión digital: zonas donde todavÃa no llega Internet
El acceso a Internet se ha convertido en los últimos años en un servicio básico en los hogares, al igual que se cuenta con electricidad, agua corriente o gas natural. Más del 65% de los españoles accede de forma habitual a la Red y en el paÃs hay más de diez millones de lÃneas de banda ancha, de las cuales casi seis utilizan una conexión entre cuatro y diez megabits por segundo (mbps), según datos del último informe trimestral del sector, publicado por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Además, dos millones y medio de lÃneas cuentan con una conexión a Internet inferior a tres mbps.
Antonio Delgado – Consumer Eroski.- Sin embargo, según un informe presentado por la empresa de conexión a Internet por satélite Eutelsat, en Europa hay treinta millones de hogares sin acceso a Internet, de los cuales cerca de un millón y medio están situados en España. El principal problema es que 690.000 familias no tienen ninguna opción de disponer de banda ancha, debido a la falta de infraestructuras para llevar la conexión y también porque no son un buen objeto de oferta comercial para los proveedores de acceso -salen caros-, mientras que 730.000 hogares solo pueden contar con una conexión a Internet inferior a dos mbps.
Además, según datos recopilados por la CMT, el 3,1% de las actuales lÃneas de telefonÃa fija en España carece de acceso a Internet de banda ancha porque el tipo de cable del teléfono instalado no permite este servicio de alta velocidad. Esta diferencia entre los ciudadanos que cuentan con un acceso a Internet moderno y los de zonas donde no existe es la llamada brecha digital, una de las nuevas formas de exclusión social, ya que impide que los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades sociales, de comunicación y económicas.
En España, la brecha digital se ha situado tradicionalmente en la frontera entre las grandes y medianas urbes y las regiones rurales donde por motivos de viabilidad económica y por las dificultades orográficas no se han desplegado las infraestructuras necesarias. Si bien desde los diferentes gobiernos se han anunciado numerosos planes y proyectos de disolución de esta brecha, la exclusión digital persiste todavÃa en algunas zonas.
El precio de la banda ancha también es un factor importante de exclusión digital. Según la OCDE, España es el paÃs de la Unión Europea con el precio más alto de acceso a Internet. Este es otro factor que parece endémico, heredado de la posición de seudomonopolio que hasta hace poco ha tenido la empresa Telefónica y, sin duda, incide en la posición de España dentro del desarrollo de la Sociedad de la Información, por debajo de la media de la Comunidad Europea. El último informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) sitúa a España en el puesto vigésimo de la clasificación a nivel mundial.
Desde el pasado 20 de abril, la banda ancha se considera en nuestro paÃs un servicio universal de telecomunicaciones, lo que garantiza que todos los ciudadanos tienen derecho a contar con una lÃnea de acceso a Internet en cualquier lugar de la geografÃa española. En la práctica, a partir de enero de 2012, todos los españoles tendrán derecho a acceder a Internet con una velocidad mÃnima de 1 mbps, el llamado "mega universal".
Este derecho es por el momento incompatible con la situación actual de las infraestructuras de telecomunicaciones, además de ser un mÃnimo insuficiente y algo escaso comparado con otros paÃses de nuestro entorno, donde el acceso a Internet también es un servicio universal. Finlandia trabaja para ofrecer una conexión a banda ancha mÃnima -bajo la calificación oficial de servicio universal- de cien mbps para el año 2015.
Además, la consideración del término "banda ancha" ha variado en estos últimos diez años conforme las conexiones a la Red han aumentado de velocidad de forma gradual. En el año 2000, una conexión de ADSL de 256 kbps se consideraba como acceso a Internet de banda ancha. Sin embargo, hoy en dÃa, a esa velocidad es muy complicada la navegación por la Internet actual, debido a los requerimientos de las plataformas y sitios on line más utilizados. Acceder a una simple galerÃa de fotos familiares en una red social a una velocidad lenta no es una tarea sencilla hoy en dÃa.
Las conexiones a Internet más utilizadas son las basadas en las redes de cobre y en la fibra óptica. Sin embargo, también existen otras tecnologÃas inalámbricas, como el LMDS o el WIMAX, que en algunas zonas rurales son la única opción disponible. La conexión por satélite también es una solución para algunos hogares, debido a que su precio para el mercado residencial ha bajado en los últimos años. También hay soluciones imaginativas y con posibilidades, como los globos aerostáticos.
En un futuro próximo, nuevas tecnologÃas como las conexiones 4G o LTE permitirán el acceso a Internet móvil en zonas rurales gracias a la parte del espectro radioeléctrico que ha quedado libre con el apagón de la televisión analógica y el reordenamiento y subasta de las frecuencias de la televisión digital por satélite. Es el llamado dividendo digital, que ofrecerá servicios de Internet en la banda de los 800 Mhz.
Una nueva forma de exclusión social
Además, según datos recopilados por la CMT, el 3,1% de las actuales lÃneas de telefonÃa fija en España carece de acceso a Internet de banda ancha porque el tipo de cable del teléfono instalado no permite este servicio de alta velocidad. Esta diferencia entre los ciudadanos que cuentan con un acceso a Internet moderno y los de zonas donde no existe es la llamada brecha digital, una de las nuevas formas de exclusión social, ya que impide que los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades sociales, de comunicación y económicas.
En España, la brecha digital se ha situado tradicionalmente en la frontera entre las grandes y medianas urbes y las regiones rurales con infraestructuras deficitarias
En España, la brecha digital se ha situado tradicionalmente en la frontera entre las grandes y medianas urbes y las regiones rurales donde por motivos de viabilidad económica y por las dificultades orográficas no se han desplegado las infraestructuras necesarias. Si bien desde los diferentes gobiernos se han anunciado numerosos planes y proyectos de disolución de esta brecha, la exclusión digital persiste todavÃa en algunas zonas.
El precio de la banda ancha también es un factor importante de exclusión digital. Según la OCDE, España es el paÃs de la Unión Europea con el precio más alto de acceso a Internet. Este es otro factor que parece endémico, heredado de la posición de seudomonopolio que hasta hace poco ha tenido la empresa Telefónica y, sin duda, incide en la posición de España dentro del desarrollo de la Sociedad de la Información, por debajo de la media de la Comunidad Europea. El último informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) sitúa a España en el puesto vigésimo de la clasificación a nivel mundial.
Un servicio universal, aunque no de manera real
Desde el pasado 20 de abril, la banda ancha se considera en nuestro paÃs un servicio universal de telecomunicaciones, lo que garantiza que todos los ciudadanos tienen derecho a contar con una lÃnea de acceso a Internet en cualquier lugar de la geografÃa española. En la práctica, a partir de enero de 2012, todos los españoles tendrán derecho a acceder a Internet con una velocidad mÃnima de 1 mbps, el llamado "mega universal".
El acceso universal a la Red es por el momento incompatible con la situación actual de las infraestructuras de telecomunicaciones
Este derecho es por el momento incompatible con la situación actual de las infraestructuras de telecomunicaciones, además de ser un mÃnimo insuficiente y algo escaso comparado con otros paÃses de nuestro entorno, donde el acceso a Internet también es un servicio universal. Finlandia trabaja para ofrecer una conexión a banda ancha mÃnima -bajo la calificación oficial de servicio universal- de cien mbps para el año 2015.
Además, la consideración del término "banda ancha" ha variado en estos últimos diez años conforme las conexiones a la Red han aumentado de velocidad de forma gradual. En el año 2000, una conexión de ADSL de 256 kbps se consideraba como acceso a Internet de banda ancha. Sin embargo, hoy en dÃa, a esa velocidad es muy complicada la navegación por la Internet actual, debido a los requerimientos de las plataformas y sitios on line más utilizados. Acceder a una simple galerÃa de fotos familiares en una red social a una velocidad lenta no es una tarea sencilla hoy en dÃa.
Posibles alternativas
Las conexiones a Internet más utilizadas son las basadas en las redes de cobre y en la fibra óptica. Sin embargo, también existen otras tecnologÃas inalámbricas, como el LMDS o el WIMAX, que en algunas zonas rurales son la única opción disponible. La conexión por satélite también es una solución para algunos hogares, debido a que su precio para el mercado residencial ha bajado en los últimos años. También hay soluciones imaginativas y con posibilidades, como los globos aerostáticos.
En un futuro próximo, nuevas tecnologÃas como las conexiones 4G o LTE permitirán el acceso a Internet móvil en zonas rurales gracias a la parte del espectro radioeléctrico que ha quedado libre con el apagón de la televisión analógica y el reordenamiento y subasta de las frecuencias de la televisión digital por satélite. Es el llamado dividendo digital, que ofrecerá servicios de Internet en la banda de los 800 Mhz.