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Cómo Telefónica está a punto de conseguir que se desmantelen las reguladoras para acabar con la neutralidad en la Red

Cómo Telefónica está a punto de conseguir que se desmantelen las reguladoras para acabar con la neutralidad en la Red


La liebre saltó en el blog de dos conocidas periodistas que titularon el 27 de febrero: «Telefónica dicta a Rajoy el nuevo modelo de competencia y reguladores». Incluían en la exclusiva un informe preparado para Telefónica por la consultora PWC que teóricamente estaba sirviendo al Gobierno para preparar un anteproyecto de ley que iba, no sólo a reagrupar los organismos reguladores en uno, sino, sobre todo a mermar sus competencias para mayor libertad de las grandes corporaciones españolas.

David Ugarte en el Correo de las Indias .- A partir de ahí todo era esperar, documentar y contrastar. El pasado viernes, el Consejo de Ministros era informado del Anteproyecto de Ley que daría forma jurídica a la operación. Aunque ni la página oficial de la Moncloa ni los periódicos informaron sobre ello, la documentación que se envió a los propios organismos confirma la noticia que las periodistas habían adelantado en su blog. La lectura de la documentación resulta alarmante:


  • Efectivamente el informe del Ministerio de Presidencia es un reciclaje, no especialmente sutil del informe encargado por Telefonica a PWC.

  • El anteproyecto de ley es un sueño hecho realidad para las grandes corporaciones y los oligopolios españoles, con Telefónica a la cabeza. Un verdadero «golpe de estado económico» que borra de un plumazo la independencia del regulador, negándole la competencia cuando el ministerio de turno lo juzgue y dejando por tanto a decisión política, cuándo un caso de abuso de posición dominante o una manipulación del mercado puede ser investigada por el regulador.



  • Debajo de todo, se prepara el asalto a la neutralidad de la red

    El informe de PWC y el anteproyecto de Ley recogen lo aprendido por Telefonica en el mundo del lobby durante estos años. En primer lugar prefieren que haya un único agente regulador a que haya muchos, aunque sólo sea porque cuando Telefonica parecía haber llegado a una luna de miel con la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, fue la Comisión Nacional de la Competencia la que comenzó a investigar y multar a la multinacional. Pero hay mucho más fondo.

    César Alierta, Presidente de Telefónica, dejó bien clara su estrategia hace poco más de un año, cuando acababa de encargar el informe que hoy sirve al Gobierno para cambiar el terreno de juego de la competencia entre grandes firmas: su objetivo es acabar con la neutralidad de la red.



    En 2010 la presión de las operadoras sobre el PSOE consiguió abortar en el Senado la consagración en ley del principio de Neutralidad. La declaración conjunta de todos los grupos, que siguió al escándalo, mostró a un PSOE súbitamente consciente del coste político de enfrentarse abiertamente a las demandas de una ley de neutralidad. A partir de ahí, las operadoras sabían que no podrían contar con ellos para lanzar un nuevo marco legislativo en el que la neutralidad desapareciera. Osea, ni soñar con que el poder legislativo acabe abiertamente con la neutralidad de la red…

    ¿Cuál es entonces el camino de la estrategia de Alierta? Mientras las Cortes no pronuncien más que deseos sin fecha, Telefonica puede acabar con la Neutralidad de la red en España unilateralmente sin infringir ninguna ley. Se trata de que los políticos dejen esas cuestiones a la industria. Luego es aguantar el chaparrón y conseguir -campañas de ofertas y comunicación mediante- que el tema se «desdramatice», ablandar a la sociedad civil.

    Pero ese camino guardaba un peligroso oponente: la Comisión Nacional de la Competencia. No olvidemos que una red sin neutralidad es una red donde la competencia es asimétrica y donde las pequeñas empresas y emprendimientos se ven abocados a integrarse en las operadoras dominantes si no pueden asumir los costes diferenciales reservados al servicio premium los grandes proveedores. Luego para acabar con la neutralidad en su red por la puerta de atrás, Telefonica necesita poder evitar que el caso llegue a los organismos reguladores o cuando menos que estos no estén centrados en la defensa de la competencia sino que cuenten con un enfoque «más amplio», más cercano al de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, por ejemplo, en el que priman criterios y argumentos más gratos a las operadoras.

    Es decir, para poder capturar la red, Telefónica necesitaba capturar o neutralizar a los organismos reguladores. Y eso es lo que se está cocinando hoy sin que los pasos, tan decididos como poco sutiles, de la poderosa empresa con sede en Madrid, parezcan llamar la atención de unos medios en crisis que tienen en la operadora a uno de sus principales clientes.