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Por una Carta Universal de los Derechos en Internet

Por una Carta Universal de los Derechos en Internet


Tim Berners-Lee, el ‘padre’ de la Web, propone la creación de una carta universal que proteja los derechos de los ciudadanos en la Red

Apoyo abiertamente la propuesta que acaba de lanzar Tim Berners-Lee: la redacción de una ‘constitución’ universal que proteja los derechos de los ciudadanos en la Red:

“A menos que tengamos una Internet abierta y neutral en la que podemos confiar sin tener que preocuparnos acerca de lo que está ocurriendo en la puerta de atrás, no podremos aspirar a contar con gobiernos abiertos, buena democracia, buena atención médica, comunidades conectadas y diversidad cultural. No es ingenuo pensar que podríamos tenerlo, pero es ingenuo pensar que lo obtendremos quedándonos sentados”.

Evidentemente, la fórmula no sería la de una constitución, tal y como la entendemos, es decir “la norma suprema de un Estado de derecho soberano”, ya que Internet no lo es y no parece que vaya a serlo en un fututo, pero sí lo que subyace tras esta idea: una carta de derechos que proteja las libertades, defina los compromisos y obligaciones, y fije los límites de los poderes políticos y económicos en su relación con la ciudadanía.

¿Cómo lograrlo?

La propuesta de Berners-Lee -que salta a los medios justo el día que se cumplen 25 años del nacimiento de la Web y coincidiendo con la publicación del informe Enemigos de Internet 2014 de Reporteros sin Fronteras- es Web we Want (La Web que Queremos), una iniciativa que promueve la reflexión y creación de cartas específicas por país -abierta a la participación de toda la sociedad: ciudadanos, instituciones, colectivos, gobiernos…- para finalmente redactar un texto común con las aportaciones de todas las naciones.

¿Tiene esto algún sentido? ¿Es Internet tan importante como para contar con un texto de características similares al de la Declaración Universal de los Derechos Humanos?

En mi opinión, sí. Internet no es una herramienta más. Es LA herramienta. Un medio que otorga a la humanidad posibilidades hasta ahora sólo soñadas, que permite no sólo la comunicación global, instantánea, abierta y democrática, sino todo lo que eso conlleva al resto de los ámbitos de la actividad humana: política, economía, cultura…

Tanto es así que la propia ONU ha declarado el acceso a la Red como un derecho humano fundamental y buena parte de los países occidentales han ido incorporando a sus leyes preceptos que inciden en esa línea.

¿Y es necesaria una regulación supranacional?

También en este aspecto mi consideración es positiva. Un derecho de esta naturaleza, como derecho básico universal, no puede estar sometido al albur de los regímenes o gobiernos de turno. Ha de contar con un marco sólido que garantice los derechos y libertades del internauta, del ciudadano conectado, sea cual sea el lugar en que resida.

La propia naturaleza global de la plataforma, imposible de entender sin esa interconexión universal que barre fronteras, refuerza aun más si cabe esta necesidad.

Es la única fórmula que podría frenar los ataques que, cada vez con mayor frecuencia y en la defensa de intereses que nada tienen que ver con los del progreso o la democracia, se están produciendo a escala generalizada; y, por supuesto, la única que podría garantizar el desarrollo futuro de la Red en condiciones de equilibrio, igualdad y libertad.

Basta echar un vistazo a los noticias relacionadas con Internet en la última década para hacernos una idea de la involución y del incremento en el número de intromisiones ilegítimas en los derechos civiles, y para convencernos de la necesidad de una referencia legal de carácter internacional.

“En este momento, la ONU ha solicitado una investigación sobre el espionaje global en línea. A medida que más y más personas sean conscientes de las amenazas en contra de nuestros derechos básicos en línea, debemos iniciar un debate -en todas partes- sobre la Web que queremos”.

Yo ya me he suscrito a la campaña. ¿Te animas?

Reproducido de el blog Mangas Verdes, de .