5 lecciones de la EconomÃa Colaborativa
1. La base es la confianza
Muchos de los modelos de negocio que se han forjado alrededor de esta nueva economÃa de la colaboración, no funcionarÃa si no fuera en parte por la creación de esquemas basados en la confianza.
Esa confianza se forjó en gran parte gracias a las nuevas tecnologÃas, especÃficamente gracias al desarrollo de sistemas de pagos en lÃnea seguros, ya que gracias a su modelo los pagos en lÃnea y la adquisición de bienes a través de la Web se popularizó y se transformó en un fenómeno masivo.
Desde rentar un auto o una casa hasta intercambiar bienes que ya no se utilizan por los de otras personas por medio de una página web, quienes hacen parte de la economÃa colaborativa son personas que necesariamente confÃan en la buena voluntad de los otros, y que actúan de la misma manera, en gran parte guiados por los juicios y calificaciones que se generan dentro de sus modelos de negocio: cuando alguien que brinda un buen servicio o un buen producto es calificado por otras personas, no sólo genera una buena reputación para esa persona, sino un sentido de seguridad para quienes hacen parte de comunidades basadas en la colaboración.
2. El poder de la colaboración
Este modelo económico se basa enteramente en la colaboración y surge a partir de un problema: la crisis económica y la falta de empleo. La economÃa colaborativa encontró en la comunidad y en la fuerza que da el trabajo en equipo su principal motor.
La economÃa colaborativa no habrÃa sido posible si sus modelos de negocio no se hubieran basado en encontrar soluciones a través de la comunidad para un gran espectro de personas. Pensemos en modelos como Lyft, en el que individuos que tienen un automóvil hacen parte de una comunidad que se encarga de ofrecer servicios de transporte a quienes los necesitan. El beneficio existe para las dos partes, para quienes necesitan llegar de un punto A a un punto B, y para quienes pueden generar valor a partir de un bien que ya tienen.
En la economÃa colaborativa la solución a problemas impulsados por personas comunes y corrientes para nichos y comunidades especÃficas es la base que fundamenta el modelo.
3. No se trata de solo de un sitio web llamativo
Si bien el desarrollo web es fundamental para el crecimiento de la economÃa colaborativa, una plataforma llamativa y un buen diseño no son suficientes.
Además de tener una plataforma en donde se puedan llevar a cabo actividades fundamentales para el modelo de negocio, la experiencia por fuera de la red también es vital para el funcionamiento de esta economÃa. Muchas de las experiencias del usuario inician en una aplicación o en una plataforma, pero al final se viven realmente en el plano offline: el apartamento o la habitación que se alquiló por Roomorama, el automóvil y el conductor con que viajan las personas gracias a Lyft o el trabajo que lleva a cabo alguien en nuestras casa contratado a través de JobRunners.
Al momento de entrar en este modelo económico es importante tener en cuenta que establecer relaciones con otras personas en el plano offline es necesario, y de hecho, generar buenas experiencias en este campo del modelo es indispensable para el funcionamiento del mismo.
4. Sin dolor no hay ganancia
Si bien es cierto que los modelos que funcionan en la economÃa colaborativa buscan encontrar soluciones a problemas comunes en distintas comunidades, no es tan fácil llevarlo a cabo.
Para que el modelo funcione, se debe tener en cuenta que debe irrumpir en actividades que causen problemas diarios a las personas o sectores en los que exista cierto nivel de inconformismo y que, por medio de la colaboración, puedan ser solucionados.
Muchas veces conseguir un buen hospedaje en otra ciudad o en otro paÃs puede ser un dolor de cabeza para muchos usuarios, y por eso el éxito de plataformas como Roomorama, un sitio web enfocado en el alquiler de propiedades privadas, desde habitaciones hasta apartamentos o casas, para turistas que quieren vivir una experiencia más local en las distintas ciudades que visitan, sin las complicaciones o los altos costos que pueden venir de mano con los hoteles.
AsÃ, cuando hablamos de «dolor» nos referimos a aquellas problemáticas del consumidor que la economÃa colaborativa enfrenta a través de la oferta de soluciones basados en la colaboración, pensadas en el beneficio de las dos partes involucradas en el modelo.
5. No es un modelo para todos
Muchos problemas han encontrado solución dentro de la economÃa colaborativa. Sin embargo, no todos los sectores pueden adaptarse a este modelo.
Esta economÃa se enfrenta a varios problemas para su funcionamiento: la regulación por parte del gobierno suele ser localizada, enfocada en ciudades, lo que complica la expansión de ciertos modelos de negocio, por ejemplo des los enfocados en compartir transporte, de mensajerÃa, o los que utilizan espacios públicos como sitios de encuentro para sus comunidades, sin necesariamente hacerla imposible. En muchos casos estos modelos son tan disruptivos que para que funcionen como negocios propiamente dichos nuevas leyes y reglamentos deben ser aplicados.
Por otro lado, la mayorÃa de estos modelos requieren de un mantenimiento constante, e incluso de la adquisición de propiedades, bienes o contratación de personal, por lo tanto, hay varios costos a tener en cuenta.
La economÃa colaborativa aún se encuentra en una etapa temprana y todavÃa estamos presenciando su nacimiento, motivo por el cual aún falta descifrar cuáles sectores pueden decididamente beneficiarse de este modelo y cuáles no. Sin embargo, ha crecido rápidamente y cada dÃa son más las personas que se unen a esta nueva cultura establecida en la confianza y en la colaboración.
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