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Irrumpe el DNI digital y pone contra las cuerdas al sector de la e-firma


Todos contra todos. En el sector de la firma electrónica, las pretensiones de Administración, autoridades de certificación privadas e internautas no coinciden. En el ojo del huracán se encuentra un elemento novedoso y de gran trascendencia: el Documento Nacional de Identidad digital, un identificador básico que permitirá a los ciudadanos estampar su firma en el ámbito telemático. Del alcance de este documento, que se desea único para tratar con toda la Administración, dependerá el futuro del sector privado. La preocupación es tanta, que CamerFirma, la entidad de las Cámaras de Comercio, organizó un foro –el Foro de Firma Electrónica- para defender sus intereses.





El problema para las autoridades de certificación privadas es que el Proyecto de Ley de Firma Electrónica, aprobado en Consejo de Ministros el pasado 6 de junio, sólo admite como válido el DNI digital, sin especificar nada sobre el resto de certificados. “Qué pasa con los demás?”, se pregunta Jorge Bustos, director general de Firma Profesional, la entidad de certificación digital para Colegios y profesionales colegiados. Desde CamerFirma, la inquietud es la misma: piden que “el DNI digital se quipare y no anule a otros certificados”.

Estas empresas piden una ley debidamente desarrollada, que cumpla con los estándares europeos, que la Administración acepte sus firmas y sobre todo, que se respete la libre competencia. El temor de la industria es tener que competir con un organismo público como la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), la actual emisora de firmas para personas físicas y jurídicas a efectos tributarios, y que con toda probabilidad será la encargada de `fabricar´ el DNI electrónico.

Este punto ha caldeado el debate. Sergio Ruiz, director de CERES, la Autoridad Pública de Certificación Española dependiente de la FNMT, no tiene intención de volver a un foro donde “sólo escuchamos críticas, así que no tenemos necesidad ni de pronunciarnos ni de volver a acudir”. Para Ruiz, el asunto es claro: “Algunos han llegado tarde a un sector que formaba parte de la burbuja tecnológica, que desgraciadamente se desinfló”.

Los internautas, por su parte, sólo reivindican una certificación única para tratar con los diferentes organismos públicos, que no cueste más dinero que “un DNI mondo y lirondo” y por supuesto, “que respete la intimidad de los usuarios”.

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