Ana Hernando (Cinco Días, 27/08/2001)
Esta organización asegura que telefonear a los trabajadores a su casa para hablar de asuntos de trabajo puede, según la legislación de derechos humanos en el Reino Unido, constituir una invasión en la privacidad de estas personas. 'Los jefes no tienen derecho a pedir el número de teléfono personal a sus empleados a no ser que esté contemplado en el contrato que el trabajador tiene el deber de estar disponible fuera de las horas normales de trabajo', señala el instituto.
También considera una intromisión investigar las llamadas o los mensajes de correo electrónico, aunque existan sospechas de que los empleados estén enviando mensajes personales a través de las líneas de la compañía.
La advertencia del Institute of Management se produce como respuesta a una controvertida ley introducida en el Reino Unido en octubre que permite a las compañías intervenir las llamadas o abrir los mensajes de correo electrónico enviados por sus empleados. El instituto advirtió que esta intromisión podría violar el acta de derechos humanos introducida tres semanas antes.
Reproducido de ICTNET
Esta organización asegura que telefonear a los trabajadores a su casa para hablar de asuntos de trabajo puede, según la legislación de derechos humanos en el Reino Unido, constituir una invasión en la privacidad de estas personas. 'Los jefes no tienen derecho a pedir el número de teléfono personal a sus empleados a no ser que esté contemplado en el contrato que el trabajador tiene el deber de estar disponible fuera de las horas normales de trabajo', señala el instituto.
También considera una intromisión investigar las llamadas o los mensajes de correo electrónico, aunque existan sospechas de que los empleados estén enviando mensajes personales a través de las líneas de la compañía.
La advertencia del Institute of Management se produce como respuesta a una controvertida ley introducida en el Reino Unido en octubre que permite a las compañías intervenir las llamadas o abrir los mensajes de correo electrónico enviados por sus empleados. El instituto advirtió que esta intromisión podría violar el acta de derechos humanos introducida tres semanas antes.
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