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El PP, oficialmente en contra de los internautas españoles

El PP, oficialmente en contra de los internautas españoles


Ayer se confirmaba lo que muchos sospechábamos. El PP español en Europa no había considerado en ningún momento la posibilidad de firmar la Declaración Escrita 12/2010 en contra de la falta de transparencia y la criminalización de todos los usuarios de Internet que representa el ACTA. Se negaban también a defender la dignidad de la eurocámara frente a los abusos de la Comisión y faltaban gravemente a su mandato de defender a los ciudadanos que representan.

El curioso caso de la carta fantasma

Al final del plenario de junio descubríamos a través de la web Nación Red que el portavoz adjunto de la sección española del PP Europeo, D. Luis de Grandes Pascual, había contestado la Carta Abierta que dirigíamos a todos los eurodiputados de su grupo. Sin embargo, a nosotros no nos había llegado esa respuesta, lo cual nos extrañó -y mucho- dado que la carta parecía verosímil.

Días antes de su publicación en dicha web, cuando había sido recibida, la recogida de firmas terminaba según el calendario inicial. Por tanto, el PP contestaba la carta negándose a firmar y como ya no quedaba tiempo, se zanjaba la cuestión sin tiempo siquiera para que pudiéramos discutir la respuesta que enviaban. Aparentemente.

Sin embargo, tras filtrar la carta a Nación Red, alguien debió advertir a los populares que el plazo se había extendido hasta la siguiente sesión plenaria. Tras confirmar con la oficina de prensa del PP europeo que la carta de rechazo a la petición de firmas era correcta, se excusaron en que preferían esperar al final del plazo establecido por si finalmente cambiaban de opinión y decidían firmarla, y que al final de este proceso, recibiríamos la contestación definitiva, tanto si decidían una cosa como la contraria.

Pero nadie envía una carta a terceras personas si no está decidido a enviarla también a su destinatario principal. Lo cual significa que en el último momento decidieron no enviarla, una vez que descubrieron que no había finalizado el plazo. Y el tono de la carta dejaba claras las intenciones del PP, lo cual hacía poco creíble que pudieran cambiar de opinión de cara al último plenario. La posición de la carta hacia la petición de firma de la Declaración era clara y contundentemente, NO.

La debilidad de los argumentos

En la carta de los populares españoles en el Parlamento se indicaba como argumento principal que la Declaración Escrita no aportaba nada nuevo a la Resolución Común que ya habían aprobado en marzo. Sin embargo, esto no se sostenía por ninguna parte, puesto que como ya comentamos en su momento, basándonos en la verosimilitud de esa carta filtrada, la Resolución Común no hablaba en ninguno de sus puntos de la responsabilidad de los intermediarios (ISPs) respecto al contenido que circula por sus redes. Incluso acatando esa resolución, el ACTA podría forzar a los proveedores de Internet a actuar como policías de la Red, sin ningún tipo de tutela judicial efectiva para los usuarios afectados.

Pero es que además, se decía que en esa resolución quedaba claro que el proceso de negociación del ACTA debería ser transparente y se debía informar en todo momento al Parlamento de la evolución de las negociaciones y que eso era más que suficiente. Sin embargo, tras la aprobación de esa resolución en marzo, la actitud de la Comisión hacia el Parlamento no había cambiado en absoluto, negándose una y otra vez a informar en detalle a los eurodiputados, como obliga el Tratado de Lisboa.

Esos eran los "sólidos" argumentos que esgrimía el grupo popular español para negarse a firmar una Declaración Escrita que era fundamental para exigir transparencia, para defender a los ciudadanos europeos y para defender también a los proveedores de servicio de Internet de que tuvieran que convertirse en policías de la Red, con la más que probable consecuencia de que perdieran clientes sin cesar cuando empezara el filtrado y la censura del tráfico que circula por sus redes.

El nuevo engaño de la Comisión Europea

Tras la finalización de la novena ronda de negociaciones del ACTA celebrada en Lucerna, Suiza, y habiendo aceptado los negociadores de la Comisión previamente el mantener al Parlamento informado en detalle, estos mismos negociadores se negaron a publicar las conclusiones del encuentro y a informar al Parlamento, una vez más.

De nuevo, la Comisión trataba de ningunear a los eurodiputados. Este solo hecho debería haber servido para que todos los eurodiputados hubieran firmado la Declaración Escrita en masa, si en algo estimaban su propia dignidad. Sin embargo, pasaban los días de esta semana y como sospechábamos, ningún eurodiputado popular español más firmaba la Declaración, ni el partido como tal había cambiado de opinión.

El desenlace

Casualmente, ayer mismo y con puntualidad británica, justo cuando acababa, también aparentemente, la posibilidad de añadir más firmas a la Declaración, recibíamos la carta del grupo popular a través de la oficina de su portavoz adjunto, D.Luis de Grandes Pascual. Se confirmaba así lo que sospechamos desde un principio. En ningún momento pensaron en apoyar la Declaración y por tanto, ahora que por fin terminaba el período de firmas, ya sí nos la enviaban. La misma carta "fantasma" que no habíamos recibido al principio. La misma carta en la que se negaban a firmar argumentando que era una declaración irrelevante. Y la misma carta, que aunque ya habíamos contraargumentado sobradamente, sería inútil contestar porque no se podría ya "cambiar de opinión". Aparentemente.

La sorpresa

También ayer conocíamos (pocos minutos después de recibir esa carta de los populares) que los promotores de la iniciativa habían solicitado al Presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, un nuevo aplazamiento dado que se estaba cerca de conseguir el objetivo, petición a la que el Presidente ha sido sensible, habida cuenta de que es la Declaración que cosecha mayor número de adhesiones con diferencia, de entre las que todavía están en curso y que, dada la avalancha de firmas de este último plenario, era posible que muchos eurodiputados se hubieran quedado sin poder firmar.

Sin embargo, esta vez nadie había avisado al Partido Popular español de este nuevo aplazamiento a tiempo de posponer de nuevo el envío de la carta de respuesta a nuestra Carta Abierta. Se confirmaba así que la decisión de no firmar fue inamovible desde un principio, viniendo además calificada como "posición del grupo popular"

La curiosa disciplina de voto

Estamos acostumbrados en España a que el líder de un partido indique a todos sus miembros lo que deben votar al unísono. Es lo que conocemos como disciplina de voto. Sin embargo, esto no existe como tal en el Parlamento Europeo, donde cada Eurodiputado es autónomo y libre de votar según lo que considere más oportuno en cada momento y de hecho, eurodiputados del mismo grupo e incluso del mismo país votan de manera diferente las propuestas.

Es por tanto muy significativo que tras recibir nuestra Carta Abierta, los miembros más influyentes decidieran fijar de manera inamovible una posición como "posición de partido". Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Las felicitaciones

No queremos dejar de pasar la oportunidad de felicitar y aplaudir a los cuatro miembros del Partido Popular que sí consideraron como su responsabilidad defender los principios de transparencia y presunción de inocencia (entre otros) de los usuarios de Internet, así como la dignidad del propio Parlamento Europeo frente a los engaños de la Comisón, como fueron los siguientes:

Santiago Fisas Ayxela e Íñigo Méndez de Vigo, que desde un principio vieron la necesidad de firmar la Declaración Escrita 12/2010, sin necesidad de que nadie llamara su atención sobre una declaración tan importante.

José Manuel García-Margallo y Marfil y Carlos José Iturgaiz Angulo, que fueron sensibles a los argumentos que les mostrábamos mediante la Carta Abierta al Partido Popular en Europa, y también comprendieron la importancia de esta Declaración Escrita.

Estos cuatro eurodiputados populares decidieron defender a los ciudadanos europeos, así como defender también su propia dignidad frente a las continuas maniobras de la Comisión para eludir el control parlamentario y seguir conduciendo las negociaciones con opacidad y secretismo.

Los demás prefirieron seguir los dictados de los líderes de este partido, en lugar de elegir libremente si firmaban o no la Declaración 12/2010.

A los pies de los caballos

Ayer conocíamos finalmente que durante este plenario, la mayor proporción de firmas en apoyo de la Declaración ha correspondido al Partido Popular de diversos Estados Miembros, que sí han reaccionado con la dignidad requerida al nuevo engaño de la Comisión al Parlamento, tras no facilitar los detalles de la novena ronda de negociaciones del ACTA. De hecho, en un solo plenario, las firmas correspondientes al PP europeo pasaban de un raquítico 8% de sus miembros a más del 20%.

Sin embargo, los miembros de la sección española de este partido que aún no habían firmado seguían torpemente enrocados en una posición contraria inducida desde arriba y declarada como "posición del grupo popular español"

La torpeza no habría sido mayor si no fuera porque hasta el Presidente del Grupo Popular Europeo, Joseph Daul, ha comprendido la importancia de firmar una Declaración como ésta y se ha adherido a la misma, dejando en evidencia a los populares españoles.

Después de una intensa batalla desarrollada en todos los países europeos simultáneamente, el resultado es que, gracias al esfuerzo de miles de internautas, que han contribuido a sensibilizar al Parlamento con sus e-mails y con sus llamadas, la Declaración está virtualmente aprobada, a falta de conseguir sólo 16 firmas más durante el próximo plenario, en septiembre. En esto es en lo que consiste la Política 2.0 de la que tanto se habla últimamente, en un diálogo continuo y directo entre los ciudadanos y sus representantes políticos.

En consecuencia, la posición de los populares españoles es ya irrelevante; y sin embargo, su actitud en el tema del ACTA ha quedado completamente al descubierto. Y ahora ya sí podemos decir rotundamente que, mientras no cambien profundamente de actitud respecto a la Red, el Partido Popular es muy peligroso para Internet.

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