Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


Los 'efectos perversos' del libre mercado


"La competencia es buena". Ése es el dogma del libre mercado. Pero no siempre la liberalización de un sector es beneficiosa para todos. El ejemplo más claro han sido los números de información. La ruptura del monopolio del antiguo 1003 ha dado lugar a la proliferación de más de 25 nuevos números, algunos de ellos de la propia Telefónica. La mayoría son mucho más caros que el 1003 y no ofrecen mucho mejor servicio.





El País/Negocios

Otro efecto perverso de la competencia han sido los fraudes en la preasignación, el mecanismo que permite realizar todas las llamadas por una compañía manteniendo la línea y el número de Telefónica. Según las organizaciones de consumidores, ha habido más de 150.000 casos de preselección que se han realizado sin el consentimiento real del abonado, al que se le ha falsificado la firma. El fraude puede ser aún mayor por la implantación de la preselección telefónica, que se lleva a cabo mediante una simple llamada telefónica grabada, de forma que el abonado de Telefónica se pasa a otra compañía sin necesidad de firmar ningún documento escrito.

La liberalización tampoco se ha dejado notar en las cabinas públicas telefónicas. Los robos han disparado el coste de su mantenimiento y lo han convertido en un segmento altamente deficitario. Salvo en recintos cerrados, ninguna empresa al margen de Telefónica se ha animado a instalar cabinas.

Pero quizá la mayor decepción que se han llevado los usuarios ha sido en la atención al cliente. La necesidad que tienen los nuevos operadores de rentabilizar a cualquier precio las inversiones realizadas ha dejado toda la gestión del día a día (averías, mantenimiento, etcétera) en manos de contratas y subcontratas, con personal mal pagado y poco especializado, cuya máxima no es resolver los problemas del cliente, sino esquivarle. El resultado ha sido que las quejas de los consumidores sobre las telecomunicaciones son ya las segundas en importancia, tras las de la vivienda. Así las cosas, asuntos tan triviales como darse de baja o notificar una avería se han convertido en tarea imposible. Y Telefónica tampoco trata a sus clientes de forma tan directa, incluso ahora lo hace desde Marruecos.

Los supervivientes de la competencia telefónica


pdfprintpmail