La realidad supera a la ficción... Vamos a ver: el FBI, en plan ¡tachán! ¡tachán!, va y cierra Megaupload, a la vez, corta sus servidores red en Hong Kong y consigue que arresten a sus malévolos cabecillas la poli de Nueva Zelanda. Cómo mola esta serie, señor Lara.
Pero no es ficción. Un correo electrónico, el primer correo electrónico que llega a la Asociación de Internautas sobre el asunto, me baja al suelo de la realidad.... "Pues esto me acabo de encontrar y mi pregunta es: ¿qué pasa con mi suscripción a Megaupload y con MIS archivos subidos? Y cuando hablo de MIS archivos me refiero a documentos, imágenes y demás archivos creados por mí, subidos a ese lugar para que acceda a ellos quien a mí me dé la gana sin infringir ningún tipo de derechos de autor".
Se acabó la broma: el FBI ha secuestrado información personal y privada de un gran número de internautas honestos, superponiendo la defensa de los legítimos derechos de autor a derechos fundamentales como la libertad de expresión o el respeto a la privacidad de los ciudadanos, sin garantía judicial alguna.
Rotas las reglas esenciales del Estado de Derecho, al quitar a los jueces la capacidad de decidir sobre derechos fundamentales, miles de ciudadanos digitales toman la justicia por su mano siguiendo el ejemplo del FBI norteamericano, y se conjuran para cerrar páginas web promotoras de la acción policial, a modo de venganza.
Qué lástima, qué pena que en pleno siglo XXI, los ciudadanos con una mínima sensibilidad democrática tengamos que seguir recordando día a día a nuestros gobiernos que nos deben la democracia que olvidan tan gratuitamente.
Opinión de Víctor Domingo en Libertad Digital
Pero no es ficción. Un correo electrónico, el primer correo electrónico que llega a la Asociación de Internautas sobre el asunto, me baja al suelo de la realidad.... "Pues esto me acabo de encontrar y mi pregunta es: ¿qué pasa con mi suscripción a Megaupload y con MIS archivos subidos? Y cuando hablo de MIS archivos me refiero a documentos, imágenes y demás archivos creados por mí, subidos a ese lugar para que acceda a ellos quien a mí me dé la gana sin infringir ningún tipo de derechos de autor".
Se acabó la broma: el FBI ha secuestrado información personal y privada de un gran número de internautas honestos, superponiendo la defensa de los legítimos derechos de autor a derechos fundamentales como la libertad de expresión o el respeto a la privacidad de los ciudadanos, sin garantía judicial alguna.
Rotas las reglas esenciales del Estado de Derecho, al quitar a los jueces la capacidad de decidir sobre derechos fundamentales, miles de ciudadanos digitales toman la justicia por su mano siguiendo el ejemplo del FBI norteamericano, y se conjuran para cerrar páginas web promotoras de la acción policial, a modo de venganza.
Qué lástima, qué pena que en pleno siglo XXI, los ciudadanos con una mínima sensibilidad democrática tengamos que seguir recordando día a día a nuestros gobiernos que nos deben la democracia que olvidan tan gratuitamente.
Opinión de Víctor Domingo en Libertad Digital