Miremos cómo lo describe concretamente la propuesta:
Las compañías que apoyan el Do Not Track (o DNT) lo hacen voluntariamente, pero la ley actual requiere que las compañías hagan honor a este tipo de compromisos voluntarios. Bajo estas leyes, una compañía que no hace lo que dice hacer podría estar incurriendo en una práctica de tergiversación injusta. Y entidades como la Comisión Federal de Comercio podrían tomar acciones legales ante esto.
Esto da de lleno a los anunciantes online, que consiguen más ingresos si aprenden de los hábitos de navegación de sus usuarios para poder mostrarles publicidad que se calcule más interesante para ellos. El documento de la propuesta argumenta que ese modelo ha fallado, ya que se ha abusado demasiado de la privacidad de los usuarios y del intrusismo de la publicidad online. Lo que a su vez ha hecho que cada vez más internautas instalen bloqueadores para navegar sin molestias.
El nuevo Do Not Track, así pues, quiere encontrar el equilibrio entre unos anuncios que respeten más al usuario, unas compañías que respeten más el estándar y unos usuarios que accedan a tener esa publicidad presente concienciando a las compañías que tengan en cuenta lo que aceptan asumir. Veremos si finalmente se hace realidad.
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