Solo en el pasado mes de mayo más de 630.000 usuarios decidieron trasladarse de una marca a otra. Según la memoria sobre el sector de la CNMC para el año 2017, última publicada, la principal razón para el cambio era la búsqueda de una tarifa más baja de móvil, con el objetivo de abaratar los costes a final de mes. Así lo apuntaron casi el 58% de los consumidores que hicieron la portabilidad.
Esta búsqueda de tarifas más bajas por parte de los consumidores es la que está impulsando al cuarto operador número de clientes, Masmóvil. La compañía ha ganado en los cinco primeros meses del año más de 330.000 usuarios, alcanzando los 5,5 millones, todavía lejos de las tres grandes telecos: Telefónica, Orange y Vodafone. Sin embargo, estas han perdido en el mismo periodo más de 470.000 clientes de líneas móviles. Esta tendencia se lleva repitiendo desde finales de 2016.
En este sentido, las grandes operadoras están impulsando sus segundas marcas con el objetivo de competir en el campo del bajo coste y dejar de perder clientes. La última en hacer un movimiento en este sentido fue Telefónica, que lanzó en España la enseña británica 02 a comienzos del verano. Además, la española cuenta con Tuenti, Orange con Jazztel o Amena, y Vodafone con Lowi y Ono.
También cambio de fijo
Pero no son los móviles los únicos que están viviendo un año de récord en cuanto a las portabilidades. Casi un millón de hogares han cambiado en el mismo periodo de compañía, también el dato más alto y con un incremento del 20%. Aunque el teléfono fijo es un medio de comunicación en claro retroceso, su contratación está ligada hoy en día a los paquetes de telecomunicaciones, la batalla en la que están centradas las tres grandes marcas de telefonía.
Mientras Masmóvil y las segundas marcas de las operadoras mantienen una estrategia de captar cuantos más volumen de clientes con tarifas bajas, que han llevado ya a la oferta incluso de datos ilimitados, las grandes buscan centrarse en clientes con paquetes de servicios, que suponen más ingresos por contrato.
Las grandes operadoras están centradas en sus respectivas estrategias en el incremento de los ingresos en España a través de estos paquetes, una política que ha sido criticada en distintas ocasiones por la CNMC. Así lo han hecho ver en sus respectivas apuestas por Fusión (Telefónica), Love (Orange) y One (Vodafone). No hay datos de paquetes contratados en lo que va de año, pero 2017 cerró con casi 14 millones de clientes de este tipo.
En este contexto la televisión de pago tiene una importancia clave y, por tanto, el contenido que se ofrece. Es ahí donde entra la batalla que se ha vivido en los últimos meses por los derechos televisivos del fútbol. Tras hacerse con los derechos, Telefónica los revendió en parte a Orange y ambos son las dos únicas operadoras que ofrecerán este deporte durante los próximos años.
Ambas tienen el objetivo, según avanzaron a comienzos de mes, de arañar clientes a Vodafone, que decidió no pujar por el fútbol al considerar que el actual modelo no era rentable. Aquí se encuadra la decisión de Telefónica de dar el fútbol gratis a sus clientes de televisión de pago hasta diciembre. Una oferta que Vodafone ha decidido denunciar ante la CNMC al entender que se aprovecha de una posición de dominio. El organismo todavía no se ha pronunciado.