Por Lawrence Lessig .- Burlington, en Vermont, está construyendo una red. Como muchos
ayuntamientos en Norte América, ha decidido construir una Red Avanzada
de Fibra por su cuenta. La RAF se empleará al principio para los
servicios ciudadanos. Después, según previsto en el proyecto en cuatro
fases, este ayuntamiento de solo 40.000 habitantes, extenderá la
conexión a Internet extra rápida a los negocios y a las residencias.
Para muchos, esto parece solo más socialismo desde Vermont. ¿Por qué el gobierno debería meterse en el negocio de suministrar redes de alta velocidad? ¿No es ese el cometido del libre mercado? ¿No hemos aprendido que el mercado es más eficiente en suministrar bienes y servicios? [NdT: desde luego en España no] ¿De verdad tenemos que redescubrir los fallos de Karl Marx a 100 megabits por segundo?
La respuesta, como sugiere Alan McAdams, economista de Cornell, no tiene nada que ver con Karl Marx y todo que ver con los principios económicos básicos. Las RAF son monopolios naturales. Lo que no significa que pueda haber solo una, sino que si ya hay una, entonces es mucho más económico añadir clientes a la existente que construir otra. La red eléctrica en un vecindario es un buen ejemplo de monopolio natural. Es cierto que podemos llevar cuatro hilos en cada casa, pero ¿de verdad necesitamos cuatro compañías eléctricas en cada casa?
La mayoría de economistas desde la premisa de un monopolio natural saltarían a la conclusión que el monopolio tiene que estar regulado. Pero la regulación no es el fin que McAdams busca. La propiedad lo es. Si un proveedor tradicional poseyera una RAF en un área determinada, ese proveedor, actuando racionalmente, cobraría un precio de monopolio o restringiría el servicio para obtener los beneficios de un monopolio. Pero si el dueño de la red fuese el cliente, podría obtener el acceso a un precio mucho inferior y estar libre de restricciones de uso. McAdamns está promoviendo -y Burlington y otras ciudades las están implantando en realidad- RAF de propiedad del cliente.
El punto es obvio si se piensa en las empresas. Boeing, por ejemplo, ha instalado una imponente RAF en su campus. Aquella RAF permite a la compañía ofrecer a si misma una capacidad de red extraordinaria a un coste extremadamente bajo. Técnicamente Boeing es el proveedor monopolistas de servicios de red a Boeing. Pero según lo ve muy apropiadamente McAdams (tan apropiadamente que podríamos llamarlos el teorema de McAdam), uno no puede monopolizarse a uno mismo. Boeing obtiene un servicio más barato que si un proveedor de redes fuese el dueño del mismo monopolio natural - realmente, mucho más barato, sugiere McAdams, si se tienen en cuenta las eficiencias de las RAF.
De todas forma la pega es cuando se involucran los gobiernos. Sin duda se trata de escepticismo con buenas razones. Pero los concejales no van a tender las RAF; ni la fibra se va a fabricar en comunas locales. En su lugar empresas globales como Black & Veatch tienden la fibra y preparan las redes. Estas compañías no poseen las redes que construyen, de la misma manera que las constructoras no poseen las autopistas que construyen [NdT: como sabrán los catalanes esto, desgraciadamente, no es cierto en Catalunya] . Pero, visto que operan en un mercado competitivo, el servicio que ofrecen tiene costes eficientes. Ellos construyen las redes que el cliente posee, y el cliente evita el peso de un proveedor de redes monopolista. La clave es la propiedad, y los diferentes incentivos que la propiedad crea.
Desde hace mucho tiempo, la FCC [NdT la comisión que regula las telecomunicaciones en EEUU, pero, a diferencia de la CMT, lo hace de verdad] ha estado promoviendo la idea que la propiedad importa. En los últimos cuatro años ha relajado las regulación estilo "portador común" [NdT normas que garantizan el acceso a terceros a las redes para ofreces servicios sin discriminaciones, como las que tiene que cumplir Telefónica con las operadoras de acceso indirecto o que ofrecen adsl] para los cableros y proveedores de telecomunicaciones, basándose en la teoría que si no estás compañías no tendrían suficientes incentivos para implantar redes de banda ancha. Según este punto de vista las regulaciones de "portador común" transformarían el trafico IP en un servicio básico [NdT ya sé que no es la traducción más correcta de "commodity", pero es que ahora no me sale un termino mejor]. Y los mercados de capitales no son impacientes para financiar infraestructuras de servicios básicos.
Esto podría ser cierto para los cableros y las compañías de telecomunicaciones. Liberar AOL y Comcast de algunas regulaciones tal vez fue el único camino para que pudiesen implantar accesos de alta velocidad. Pero de ello no deriva que AOL y Comcast sean los proveedores más eficientes de accesos de alta velocidad. Podrían no querer estar en el negocio de los servicios básicos, pero los servicios básicos constituyen precisamente las eficiencias que impulsan la economía.
Entonces, mientras más empresas convenzan a más ayuntamientos a desarrollar redes competitivas de alta velocidad, podríamos volver a aprender porque General Motors no es dueña de las autopistas y porque ni los cableros ni las compañías de telecomunicaciones deberían ser dueños del acceso IP.
Traducción y comentarios de Luca Olivetti sobre un texto de Wired
Todos los detalles sobre la red de Burlington en http://afn.johnson.cornell.edu/publish/BurlingtonNetwork/BurlingtonNetwork.php
Para muchos, esto parece solo más socialismo desde Vermont. ¿Por qué el gobierno debería meterse en el negocio de suministrar redes de alta velocidad? ¿No es ese el cometido del libre mercado? ¿No hemos aprendido que el mercado es más eficiente en suministrar bienes y servicios? [NdT: desde luego en España no] ¿De verdad tenemos que redescubrir los fallos de Karl Marx a 100 megabits por segundo?
La respuesta, como sugiere Alan McAdams, economista de Cornell, no tiene nada que ver con Karl Marx y todo que ver con los principios económicos básicos. Las RAF son monopolios naturales. Lo que no significa que pueda haber solo una, sino que si ya hay una, entonces es mucho más económico añadir clientes a la existente que construir otra. La red eléctrica en un vecindario es un buen ejemplo de monopolio natural. Es cierto que podemos llevar cuatro hilos en cada casa, pero ¿de verdad necesitamos cuatro compañías eléctricas en cada casa?
La mayoría de economistas desde la premisa de un monopolio natural saltarían a la conclusión que el monopolio tiene que estar regulado. Pero la regulación no es el fin que McAdams busca. La propiedad lo es. Si un proveedor tradicional poseyera una RAF en un área determinada, ese proveedor, actuando racionalmente, cobraría un precio de monopolio o restringiría el servicio para obtener los beneficios de un monopolio. Pero si el dueño de la red fuese el cliente, podría obtener el acceso a un precio mucho inferior y estar libre de restricciones de uso. McAdamns está promoviendo -y Burlington y otras ciudades las están implantando en realidad- RAF de propiedad del cliente.
El punto es obvio si se piensa en las empresas. Boeing, por ejemplo, ha instalado una imponente RAF en su campus. Aquella RAF permite a la compañía ofrecer a si misma una capacidad de red extraordinaria a un coste extremadamente bajo. Técnicamente Boeing es el proveedor monopolistas de servicios de red a Boeing. Pero según lo ve muy apropiadamente McAdams (tan apropiadamente que podríamos llamarlos el teorema de McAdam), uno no puede monopolizarse a uno mismo. Boeing obtiene un servicio más barato que si un proveedor de redes fuese el dueño del mismo monopolio natural - realmente, mucho más barato, sugiere McAdams, si se tienen en cuenta las eficiencias de las RAF.
De todas forma la pega es cuando se involucran los gobiernos. Sin duda se trata de escepticismo con buenas razones. Pero los concejales no van a tender las RAF; ni la fibra se va a fabricar en comunas locales. En su lugar empresas globales como Black & Veatch tienden la fibra y preparan las redes. Estas compañías no poseen las redes que construyen, de la misma manera que las constructoras no poseen las autopistas que construyen [NdT: como sabrán los catalanes esto, desgraciadamente, no es cierto en Catalunya] . Pero, visto que operan en un mercado competitivo, el servicio que ofrecen tiene costes eficientes. Ellos construyen las redes que el cliente posee, y el cliente evita el peso de un proveedor de redes monopolista. La clave es la propiedad, y los diferentes incentivos que la propiedad crea.
Desde hace mucho tiempo, la FCC [NdT la comisión que regula las telecomunicaciones en EEUU, pero, a diferencia de la CMT, lo hace de verdad] ha estado promoviendo la idea que la propiedad importa. En los últimos cuatro años ha relajado las regulación estilo "portador común" [NdT normas que garantizan el acceso a terceros a las redes para ofreces servicios sin discriminaciones, como las que tiene que cumplir Telefónica con las operadoras de acceso indirecto o que ofrecen adsl] para los cableros y proveedores de telecomunicaciones, basándose en la teoría que si no estás compañías no tendrían suficientes incentivos para implantar redes de banda ancha. Según este punto de vista las regulaciones de "portador común" transformarían el trafico IP en un servicio básico [NdT ya sé que no es la traducción más correcta de "commodity", pero es que ahora no me sale un termino mejor]. Y los mercados de capitales no son impacientes para financiar infraestructuras de servicios básicos.
Esto podría ser cierto para los cableros y las compañías de telecomunicaciones. Liberar AOL y Comcast de algunas regulaciones tal vez fue el único camino para que pudiesen implantar accesos de alta velocidad. Pero de ello no deriva que AOL y Comcast sean los proveedores más eficientes de accesos de alta velocidad. Podrían no querer estar en el negocio de los servicios básicos, pero los servicios básicos constituyen precisamente las eficiencias que impulsan la economía.
Entonces, mientras más empresas convenzan a más ayuntamientos a desarrollar redes competitivas de alta velocidad, podríamos volver a aprender porque General Motors no es dueña de las autopistas y porque ni los cableros ni las compañías de telecomunicaciones deberían ser dueños del acceso IP.
Traducción y comentarios de Luca Olivetti sobre un texto de Wired
Todos los detalles sobre la red de Burlington en http://afn.johnson.cornell.edu/publish/BurlingtonNetwork/BurlingtonNetwork.php