Son precisamente estos intermediarios los que de una manera disimulada en un principio y feroz según avance la socialización de Internet los que para defender su estatus frenaran en la medida de sus posibilidades el avance de la Red.
Ya hay ejemplos muy gráficos de esto que digo, la Sociedad General de Autores, SGAE , ente intermediario donde las haya que bajo el pretexto de defender los derechos de autor y luchar contra la piratería, no escatima en actos ilegales y abusivos para imponer cánones a ciudadanos honestos que ni son piratas ni hacen gasto de los derechos de autor, en definitiva, manteniendo una fastuosa estructura que esclavice a sus representados y esquilme a la ciudadanía, criminalizando Internet, precisamente la herramienta que puede permitir que los derechos de autor sean cobrados directamente por sus titulares a los usuarios de sus obras. ¿Qué pinta entonces esa superestructura intermediaria?
Pero si el caso de los recaudadores de la Sgae es significativo, el de los políticos se acerca bastante. Se imaginan Ustedes que pudiéramos votar y decidir nuestros asuntos en la vida civil mediante Internet, si tuviéramos acceso directo a nuestro representante local, autonómico, nacional, que estos cuando fueran a tomar decisiones que nos afectasen nos preguntaran, ¿señores votantes que les parece si ponemos su calle de una sola dirección?, y que en menos de 24 horas tuvieran respuesta a esa pregunta, con los datos en la mano sería muy dificil imponer sus intereses personales o partidistas sobre la opinión en vivo de sus directos votantes.
Da vértigo pensarlo, pero a nuestros alejados y autistas políticos les debe parecer música celestial y utopía anarquizante, por eso es mejor que Internet parezca la cueva de los ladrones, albergue de piratas, y la selva salvaje. Claro que el progreso va más deprisa en los últimos años que sus deseos en los últimos 100, y no sería extraño que a más de uno ya le haya cogido el futuro con el paso cambiado.
Artículo de Víctor Domingo publicado en La Clave.
Ya hay ejemplos muy gráficos de esto que digo, la Sociedad General de Autores, SGAE , ente intermediario donde las haya que bajo el pretexto de defender los derechos de autor y luchar contra la piratería, no escatima en actos ilegales y abusivos para imponer cánones a ciudadanos honestos que ni son piratas ni hacen gasto de los derechos de autor, en definitiva, manteniendo una fastuosa estructura que esclavice a sus representados y esquilme a la ciudadanía, criminalizando Internet, precisamente la herramienta que puede permitir que los derechos de autor sean cobrados directamente por sus titulares a los usuarios de sus obras. ¿Qué pinta entonces esa superestructura intermediaria?
Pero si el caso de los recaudadores de la Sgae es significativo, el de los políticos se acerca bastante. Se imaginan Ustedes que pudiéramos votar y decidir nuestros asuntos en la vida civil mediante Internet, si tuviéramos acceso directo a nuestro representante local, autonómico, nacional, que estos cuando fueran a tomar decisiones que nos afectasen nos preguntaran, ¿señores votantes que les parece si ponemos su calle de una sola dirección?, y que en menos de 24 horas tuvieran respuesta a esa pregunta, con los datos en la mano sería muy dificil imponer sus intereses personales o partidistas sobre la opinión en vivo de sus directos votantes.
Da vértigo pensarlo, pero a nuestros alejados y autistas políticos les debe parecer música celestial y utopía anarquizante, por eso es mejor que Internet parezca la cueva de los ladrones, albergue de piratas, y la selva salvaje. Claro que el progreso va más deprisa en los últimos años que sus deseos en los últimos 100, y no sería extraño que a más de uno ya le haya cogido el futuro con el paso cambiado.
Artículo de Víctor Domingo publicado en La Clave.