Auna, el segundo operador global de telecomunicaciones español controlado por Endesa, Telecom Italia y Unión Fenosa, ha decidido revisar toda se estrategia en el sector del cable, una de las patas de su negocio junto a la telefonía fija (Retevisión), móvil (Amena) e Internet (EresMas). Las incertidumbres normativas del sector y los malos resultados económicos y de captación de clientes de algunas de sus cinco filiales cableras en el primer trimestre de este año, han impulsado la elaboración de un documento interno, al que ha tenido acceso EL MUNDO. En él se propone un «plan de optimización organizativa» para llevar a cabo una gestión más rigurosa de contención de gastos y control de rentabilidad.
Así, este documento, que ha sido analizado pero aún no aprobado por la comisión ejecutiva de Auna, propone la integración de Madritel, Menta (Cataluña), Supercable (Andalucía), Able (Aragón) y Canarias Telecom en una única sociedad que cuelgue del holding. Esta compañía, que se denominará AunaCable, «será una sociedad filial de Auna al 100%, constituida mediante la aportación no dineraria de las participaciones de Auna en las sociedades del cable» y con un director general como máximo responsable.
La nueva sociedad deberá aumentar la eficiencia de sus filiales y «no permitirá nuevas desviaciones en su presupuesto que puedan poner en peligro las previsiones de entrada en rentabilidad del grupo Auna», señalan fuentes del accionariado del grupo.
Esta propuesta, que señala unas inversiones acumuladas hasta 2005 de 395.452 millones de pesetas, nace del acuerdo de los tres accionistas principales, ante la grave situación que vive todo el sector del cable, que requiere fuertes inversiones iniciales y retornos no inferiores a cinco años. El documento es muy autocrítico con la situación de los cableros, ya que reconoce que el competidor ONO, que cuenta con menos demarcaciones, contaba a finales de 2000 con 180.000 clientes, frente a los 111.000 de los operadores de Auna. Su penetración en los hogares es del 24%, frente al 14% de Auna.
Jaque al operador catalán
Este análisis exhaustivo de la marcha de las cinco compañías ha llegado a la comisión ejecutiva de Auna, que en su última reunión decidió congelar temporalmente los planes de inversión de la filial catalana, Menta, ante los malos resultados obtenidos. Precisamente el último consejo de Menta, en el tercer punto del orden del día, constataba: «Hemos confirmado la tendencia de meses previos de que los ingresos totales están muy por debajo de lo previsto. Los ingresos acumulados a marzo han sido de 498 millones de pesetas, frente a los 735 millones previstos, un 32% menos. Esto se ha debido a la ralentización de todos los negocios, excepto Internet».
El documento constata, asimismo, que los ingresos por abonado han estado un 21% por debajo de lo previsto, y que los contratos anulados han aumentado un 131%. La compañía catalana, que acumula unas inversiones de 50.000 millones al cierre de 2000, ha cerrado el primer trimestre con 25.578 clientes activos.
Ante esta situación, Auna ha decidido «congelar temporalmente el plan de negocio de Menta, hasta que la estrategia comercial sea más acertada y efectiva y se racionalicen los gastos», señala uno de los accionistas de Auna, que además destaca que «este examen» habrán de pasarlo los demás cableros.
Sin embargo, fuentes oficiales de Auna señalaron que la compañía mantendrá su ritmo de inversiones en el negocio del cable, al que irá destinado el 32% (140.000 millones) de los 440.000 millones de pesetas que invertirá el grupo Auna este año.
Estas fuentes reconocieron que la rentabilidad del sector del cable está ahora en entredicho, pero que esto no frenará el ritmo de inversiones «porque es un negocio a largo plazo, y prueba de ello es que, hasta ahora, todos los operadores han cumplido los compromisos contraídos en el concurso». En el caso de Auna, sus filiales se han visto, además, afectadas por la nueva reorientación de Retevisión, que se enfocará al más rentable sector empresarial. Sin embargo, tras el último plan estratégico de Auna, el papel de los cableros se ha centrado en el mercado residencial, mucho menos rentable que el empresarial.
Birulés no responde
Otro de los factores que ha agravado la situación de los cableros ha sido los fuertes compromisos adquiridos para obtener la concesión que permite operar (aportación a la economía de la zona, investigación, etcétera.). Sin embargo, «ahora nos encontramos con que Telefónica Cable ha decidido no invertir en este sector, porque existe el ADSL, que es un sucedáneo que sirve para ampliar las redes actuales», señalan los responsables de la Asociación de Operadores de Cable (AOC).
Esta patronal pidió, hace más de ocho meses, al Ministerio de Ciencia y Tecnología una respuesta al incumplimiento de los compromisos por parte de Telefónica. Pero ha obtenido un silencio sepulcral.
Los cableros piden que «exista certidumbre normativa y seguridad jurídica para el cable, como ya está llegando al móvil». Hasta ahora, todas las compañías de cable han cumplido los compromisos de inversión y tendido de red.