Ni que decir tiene que son los menores, precisamente, no sólo los que más afición demuestran por la informática, sino los que poseen más conocimientos de las nuevas tecnologías tanto teóricos como prácticos. Los niños de ahora parecen haber nacido con un instinto especial para la electrónica y raro será que no se nos hagan todos ingenieros del ramo. Pero además de la gente menuda, a partir de los siete u ocho años, otros distintos colectivos se sienten atraídos por conocer y por aprender el lenguaje informático y el acceso y manejo de la red, desde los clubes de jubilados a las asociaciones culturales o de amas de casa pasando, incluso, por los inmigrantes, pues todos sienten que tienen motivos suficientes para querer conectarse con el mundo a través de Internet. Los pequeños para entretenerse con los juegos, los inmigrantes para tener noticias de los suyos en otros lados del mundo, los ancianos para consultar sus males y dolencias, las amas de casa para disponer de nuevas recetas culinarias o nuevas formas de decoración... Y así todos. Poco pueden aprender, en verdad, en poco más de una hora que duran las clases, en las que, aparte de las demostraciones, se les enseñan las nociones más básicas para sentarse delante de un ordenador, pero lo importante es que a buena parte de quienes acudieron al aula móvil puede que se les haya despertado ya un vivo interés por llegar a dominar una herramienta tecnológica que bien fácilmente les trasladará a los mundos que pueden abrirse a través del correo electrónico, de los chat, de los foros de opinión y amistad, de las búsquedas en Internet, de todo, en fin, de cuanto puede alcanzarse a través de la red universal.
Bienvenidas sean las nuevas inquietudes que siempre serán beneficiosas para todos y que en concreto en los núcleos rurales puede representar entretenimiento, compañía, ocio y cultura para mucha gente de diversas edad y condición. Lo malo es que estos buenos propósitos pueden chocar en Zamora con la cruda realidad de sus viejas y malas infraestructuras de comunicación. El aula móvil dispone de una parabólica alimentada por potentes generadores que traslada la señal, pero en la provincia hay zonas sin ADSL y fracasan, por unas u otras causas, los intentos llevados a cabo en la capital y algunos pueblos para acceder a Internet a través de antena, sin la utilización de sistemas telefónicos. A ver si las instituciones se ocupan de una vez de este asunto.
La Opinión de JUAN JESUS RODERO en El Correo de Zamora
