Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


La romería


Víctor Manuel vuelve a casa una vez más y recibe el cariño de los suyos. En esta ocasión le entregaron el trofeo «Gesto sportinguista», probablemente motivado por su colaboración en forma de canción con el centenario rojiblanco, una canción que no está obteniendo el respaldo popular como cabría esperar.




Los malos tiempos que azotan al Sporting afectan a todo lo que se mueve en su entorno, y más cuando sigue abierta la veda de algún «sobrecogedor», como diría mi buen amigo Dionisio Viña.

No obstante, éste es un tema secundario, ya que lo que me motiva a sentarme ante el teclado es para pedirle a Vitorín, como decía mi «güela», que ya que es parte importante, y me consta, de la Sociedad General de Autores Españoles, que intente mediar para que no sigan sangrando a las sociedades de festejos de los miles de pueblos de toda España, en general, y a los cientos de esta Asturias, en particular. Entre autores y normas municipales están acabando con las fiestas, y son muchos los que, aparte de divertirse «soplando un par de botellines de sidra y un bocadillo de chorizu» de Aller, se ganan la vida colocando un puestín, realizando un monólogo o formando parte de la orquesta.

Obviamente, esto al Teddy Bautista, como presidente de la SGAE, no le preocupa lo más mínimo, y quizás a Víctor Manuel tampoco, ya que sus escenarios no pasan, desde hace años, por los «praos» de la romería precisamente, pero de seguir así quizá tendrá que ir pensando en retocar, y por tercera vez, la letra a la de Cuna y Cenera, porque acabarán con las romerías.

De hecho, se comenta que han podido desaparecer más de un 30 por ciento de las fiestas populares y todo por acribillarlas a impuestos y normativas. Dicen que necesitan carné, aunque no creo que sea aquél del famoso Sindicato Vertical de Espectáculos, obligatorio para poder actuar. Puestos a imaginar, quizá se trate de ir expropiando hasta el «prau de la fiesta» para el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. La SGAE decidió convertirse hace años en una de las más eficaces oficinas recaudatorias del país y para ello chupan desde del «tocata» hostelero hasta del de los medios de comunicación, pasando por las fiestas de pueblo, y no pararán hasta que logren meterse en los domicilios particulares y hacer pagar por cada aparato de radio o televisión de cada ciudadano. Y eso podría estar muy bien, lo malo es que, también en esto, sólo unos se llevan la mayor tajada y a otros, la mayoría de autores de este país nuestro, no les dan ni las migajas.

Reproducido de MÁS GIJÓN - La Nueva España


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