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La 'caja' de los autores


La forma de actuar de la SGAE al recaudar las cantidades correspondientes a los derechos de autores que representa ha sido motivo de numerosas polémicas.




¿Por qué cobra la SGAE?

DARÍO PRIETO - EL MUNDO.- La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) cobra por los derechos de autor de aquellas obras (unos tres millones, entre composiciones musicales y piezas audiovisuales) declaradas y registradas en la Sociedad. «Cada vez que una de estas obras se interpreta, graba, representa, emite o proyecta, el autor percibe los derechos que le corresponden», indica la SGAE en su página web. Además de los derechos por reproducción mecánica (venta de discos y DVD) y comunicación pública (conciertos, emisiones radiofónicas, ambientación de bares), la entidad también cobra por «los derechos de remuneración por copia privada», conocidos popularmente como el canon digital.

¿Puede la SGAE cobrar por actos benéficos?

Legalmente, sí. Además, la entidad justifica que, moralmente, también, al afirmar que los autores que representa se sienten «legitimados» para que la entidad actúe de esta forma, ya que «algunas actividades benéficas ocultan a menudo las acciones promocionales de potentes empresas comerciales», como explicó en un comunicado para justificar actuaciones de este tipo.

¿Cuáles han sido los casos más polémicos?

En enero de 2006 la SGAE tuvo que pedir disculpas de forma pública por cobrar 518 euros al Taller Cultural de Fuentepelayo (Segovia), que había organizado un festival en el que compañías compuestas por discapacitados psíquicos interpretaban obras de teatro de autores españoles. Después de que la noticia trascendiese, la SGAE anunció que devolvería la citada cantidad. Además, uno de los autores cuyas obras fueron representadas, José Cañas, denunció que nunca había recibido un euro de la Sociedad de Autores.

Igualmente polémica fue la decisión de cobrar el 10% de la recaudación del festival benéfico Entresures de Málaga, que organiza la fundación Paz y Solidaridad del sindicato Comisiones Obreras, y cuya recaudación va destinada a diversos proyectos de cooperación, como la construcción de escuelas para los niños saharauis refugiados. Tras dejar de percibir 3.268 y 4.200 euros en la primera y segunda edición del festival, Comisiones Obreras de Málaga puso en marcha una manifestación contra la SGAE. Según el sindicato, la organización del festival propuso a la entidad de gestión que siguiese cobrando el 10% de la recaudación, pero que luego lo reintegrase como una donación de la Fundación Autor. La SGAE no aceptó la propuesta.

Además, este domingo se supo que en 2008 la SGAE recaudó 2.249 euros del concierto benéfico que el barítono Joan Pons dio en Menorca a beneficio de un hospital en Binde (Ghana).

¿Se puede recaudar dinero por obras no registradas?

En los últimos meses han salido a la luz diversos casos relacionados con fiestas populares. Así, el Festival Folclórico de los Pirineos, en Jaca (Huesca), pagó, en 2008, 4.013 euros a la SGAE. La mayoría de las piezas que se interpretan en el festival son composiciones anónimas o populares. La SGAE justificó su acción a través de un comunicado en el que recordaba que muchas de estas obras populares «son adaptaciones registradas y, según lo que establece la Ley de Propiedad Intelectual, también generan derechos». Para la SGAE, estas adaptaciones «sirven para recuperar obras antiguas y, en muchos casos, son más conocidas que la obra original». Algo parecido sucede en la Feria de Abril de Sevilla, donde se cobra por sevillanas populares o cuyos derechos de autor han prescrito, y en los carnavales de Cádiz, donde la SGAE ha estado cobrando por obras que no habían sido registradas por sus autores, lo cual dio pie a que otras personas se aprovechasen de la situación y las registrasen a su nombre.

Hay más casos que han abierto el debate, como las fiestas de Moros y Cristianos de Alicante o las Fallas de Valencia. Ante esta situación, el PP presentó una moción en el Senado para que las fiestas de interés turístico estuvieran exentas del pago a la SGAE. La moción fue finalmente rechazada.

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