Xbox One, una consola que necesita de Internet para comprobar que todo está como debe
Una de las polémicas iniciales y que surgen antes de la presentación de la Xbox One hace unas semanas tenía que ver con la supuesta necesidad que iba a tener la consola de sobremesa de estar conectada permanentemente a Internet para poder jugar. Microsoft lo desmintió comunicando que su consola tendría usos que no requerirían de esa conexión y que lo mejor de la One se obtendría con red mediante.
Finalmente ese supuesto se ha confirmado. La XBox One necesitará que la conectemos a Internet al menos una vez cada 24 horas. Cuidado, no será necesario estar conectado para jugar pero sí conectarla a Internet tras un periodo de más de 24 horas sin hacerlo para poder empezar a jugar (incluso en modo offline), ya que con esa conexión, según afirma Microsoft, se comprobará que todo está como debe: actualizaciones de la consola, licencias de juegos y permisos en su sitio Sí que será posible usar la televisión, el reproductor Blu-Ray o contenidos multimedia sin conectar la consola a Internet cada 24 horas.
Otra confirmación por parte de Microsoft en relación con su One y las funciones de red tiene que ver con la copia en la nube de los juegos. Al instalar los mismos en la consola, se realizará una copia del mismo en la nube para que podamos acceder a él desde cualquier consola y en cualquier momento. Para conseguirlo, el día del lanzamiento de los juegos estará disponible tanto la versión física como la digital.
Esa copia permitirá que, en casa de un amigo o donde sea, podamos conectarnos con nuestra cuenta y tener disponibles nuestros juegos y contenidos. Pero en ese supuesto, la conexión a Internet de la consola tendrá que ser como mínimo cada hora, de manera que el sistema sea capaz de detectar si dos juegos tienen la misma licencia en diferentes consolas.
La empresa de Redmond ha aprovechado para recordar que su One tendrá tanto conectividad Ethernet como WiFi n con dos antenas. Y la conexión básica que recomienda es de al menos 1.5 Mbps. Lo que no han dejado todavía claro es qué pasada con quienes quieres jugar pero no tienen posibilidad de conectar su consola a Internet.
Microsoft no cobrará por los juegos usados pero los demás
La otra polémica asociada a la XBox One tiene que ver con los juegos usados o de segunda mano. Lo primero que han querido aclarar es que ellos no harán negocio con la compra-venta de juegos usados. Ellos, como editores, permitirán siempre el intercambio de juegos entre amigos y su reventa en tiendas, pero habrá que transferir también la licencia de ese juego. Y ahí entra la conexión permanente a Internet que hemos visto para evitar que el mismo juego pase por dos manos y sea funcional al mismo tiempo.
Otro matiz es que la licencia de ese juego físico solo podrá ser transferido una vez a otra persona y ese amigo tendrá que haber formado parte de nuestra lista de amigos al menos durante un mes.
En cuanto a los juegos con familiares, Microsoft nos permitirá compartir nuestra colección de juegos con hasta diez miembros distintos de nuestra familia. De esta forma podrán tener acceso a ellos desde cualquier Xbox One.
El juego cambia de normas cuando entran en el terreno editoras que no sean Microsoft. En ese caso, son ellas las que determinarán si sus juegos pueden ser revendidos o no y bajo qué condiciones. Realmente Microsoft dice textualmente:
las editoras pueden optar por permitir la reventa de sus juegos o no y pueden establecer los términos de negocio o las cuotas por estas transferencias con los establecimientos
Con lo que podemos dar por hecho que, si las editoras quieren, las cadenas especializadas en segunda mano podrán poner una cuota o establecer un porcentaje de las ventas de juegos de segunda mano para que vayan a parar a las editoras de los juegos.
Por último Microsoft confirma que el préstamo o alquiler de juegos de Xbox One no estará disponible en el lanzamiento de la consola, pero que lo está valorando de cara a más adelante.
Kinect nos vigilará pero podremos taparle los oídos
El tercer tema polémico con la Xbox One es Kinect. O más bien su posible indiscreción al estar permanentemente escuchando y mirando lo que decimos y hacemos.
La idea es que la Xbox One esté siempre alerta para poder ser gestionada mediante controles de voz. Pero si no queremos que esto sea así, podremos desactivar esta opción, reducirla para que solo atienda Xbox On e incluso apagar por completo Kinect, aunque ese caso, algunos juegos puede que no permitan que juguemos con ellos si Kinect no está conectado y funcional.
Sobre toda la información, datos, sonidos, vídeos e imágenes que Kinect recopila en diferentes juegos y funciones, Microsoft dejará en manos del usuario la decisión sobre si ese contenido puede salir o no de la consola.