Pero caben pocas dudas de que la adquisición, en realidad, tiene objetivos mucho mayores, encuadrados en el posible papel del equipo en el diseño de una línea de hardware en la que Google tiene cada vez más intereses y en dos avenidas, la del home automation y la de los wearables, en las que el diseño tiene mucho, muchísimo que decir. No, Nest no es simplemente una compañía que hace electrodomésticos inteligentes: es una empresa con un fuerte componente de diseño, capaz de abrir para Google las puertas de nuestros hogares, y de dar un fuerte impulso a esas dos categorías.
La de Nest es una más en la ya interminable lista de adquisiciones de Google, una compañía con recursos suficientes como para tomar posiciones en todo aquel ámbito que manifiesta un cierto nivel de actividad. Pero en este caso, además de hacer ricos a sus propietarios y accionistas, marca una dirección clara para el futuro inmediato: la integración de cada vez más información y dispositivos en la red. De hecho, las primeras reticencias tardaron pocas horas en surgir: la idea de que Google tuviese acceso a los datos generados por los dispositivos de Nest y que pudiese saber, por ejemplo, cuándo estamos en casa o cuándo no, o a qué temperatura nos gusta tenerla, no parecía demasiado apetecible, y fueron de hecho rápida y taxativamente contestados por la compañía.
Pero lo que no cabe duda es que Nest y su equipo proporcionan a Google una entrada directa en nuestros hogares a partir de dispositivos que pueden no tener mucho glamour, pero que forman parte de nuestro día a día con plena carta de naturaleza, y que han sido reinventados con todas sus consecuencias de una manera que sus usuarios encuentran profundamente útil. No, no es lo mismo programar el termostato que poder relacionarte con él desde tu smartphone, que aprenda de tu uso y de tus preferencias de confort, y que además te ayude a ahorrar. Integrar ese tipo de prestaciones con aplicaciones como Google Now va a ser, sin duda, cuestión de muy poco tiempo. A pesar de la gran acogida que Nest tuvo en sus inicios, sus productos seguían siendo bastante de nicho (del nicho de quienes se gastan $249 en un termostato o $129 en un detector de humos y monóxido de carbono), algo en lo que los recursos de Google podrán seguramente influir.
Una operación que Nest sin duda valorará por el empuje y posibilidades que le otorga, y que Google ve como una entrada de primer nivel en una categoría de muchísimo interés. Y una de esas adquisiciones que, seguramente, dará que hablar en poco tiempo.
(This post is also available in English in my Medium page, The year of the internet of everything: Google buys Nest) Reproducido del Blog de Enrique Dans