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opinión de Carlos OTTO

El #CanonAEDE o por qué los periodistas queremos vivir del aire


Lo diré de entrada: estoy en contra del canon AEDE. Total y absolutamente en contra. Esta tasa me parece una de las mayores sandeces que se nos ha ocurrido a los periodistas en los últimos tiempos.





Artículo de El Confidencial

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert (Fotografía: Efe).En realidad, lo cierto es que casi ningún periodista de abajo, casi ningún soldado raso, está a favor de esta medida. El apoyo suele venir más desde los cargos directivos de algunos medios, que, viendo el apoyo que en su momento se le dio a la SGAE y a sus intentos de querer cobrar hasta el aire que respiraban los músicos, les pareció buena idea eso de ganarse un dinero extra sin mover, básicamente, un solo dedo.

Ser periodista y estar en contra del canon AEDE no me parece algo revolucionario, ni mucho menos, sino de sentido común. En primer lugar porque si a un medio no le gusta que Google News lo enlace, es tan sencillo como darse de baja. Y en segundo lugar, porque el hecho de que un agregador enlace nuestras informaciones, cobre o no por ello, siempre nos beneficia.

Se quejan de Google, pero matan por salir en él

Dice el presidente de AEDE, José María Bergareche, que los agregadores “ponen en peligro el acceso de los ciudadanos a una información libre y de calidad en internet”, llevando a cabo un ejercicio al que menudo recurrimos los periodistas: en cuanto algo nos afecta mínimamente al bolsillo, decimos que es un atentado contra la libertad de prensa, la democracia y hasta la existencia humana.

También dice que estos agregadores “ponen en peligro la consolidación y el futuro de los diarios digitales”, una frase con la que aún se carcajean en los nuevos medios online que tantas visitas consiguen gracias a Google, Menéame, las redes sociales y otros agregadores.

Se ve que la crisis de los medios no se debe a que algunos medios (cada vez menos, por suerte) no estén haciendo una reconversión industrial, ni a que hayan perdido credibilidad, ni a que publiquen informaciones sesgadas en sus portadas, ni a que vendan sus intereses al primero que pase con un cheque en la mano. No, hombre, no. Los medios están en crisis porque Google nos enlaza y no nos paga.

A lo largo de mi brevísima trayectoria profesional trabajé con editores que ahora no quieren que Google News les enlace sin pagar, pero que a mí me pedían que escribiese titulares pensando en la indexación de Google. Porque todos los periodistas conocemos a jefes así. Son los mismos que reniegan de Menéame, pero pierden el culo por llegar a su portada e incluso llegan a sugerirte que te hagas un perfil falso para subir tus propias noticias al portal. Ese es el nivel.

¿Quién recaudará ese canon?

El colmo del despropósito llega cuando nos enteramos de quién va a gestionar el cobro de esa tasa (que ningún medio podrá rechazar, por cierto) a Google y demás agregadores. La labor será llevada a cabo por Cedro, una entidad de gestión de derechos que en su momento, junto a la SGAE, también se encargó de cobrar el extinto canon digital (que ahora es asumido por el Gobierno con cargo a los Presupuestos Generales del Estado).

Como nos cuenta el periodista Antonio Delgado basta con echar un ojo a la memoria anual de Cedro para comprobar que, mientras en 2008 obtuvo 37,88 millones de euros en este concepto, en 2012 la cantidad bajó hasta unosexiguos 4,89 millones (que siguen pendientes de abono).

En realidad estoy convencido de que todos los editores de medios saben que esta medida es una barbaridad como una casa, pero también saben que pueden sacar una buena tajada de ello. Al fin y al cabo, Google es una empresa nada amiga de meterse en follones, con lo que no es descabellado pensar que al final, para que se acaben los llantos, Google acabe sacando la chequera y pagando un dinero simbólico para que algunos editores dejen de lloriquear.

Y lo peor no es que Google o los agregadores tengan que soltar dinero, sino que estamos creando un peligrosísimo precedente. Porque si ahora queremos que nos paguen los agregadores, ¿cuánto tardaremos en pedir que nos paguen directamente los buscadores como pedía César Alierta hace tiempo?

Y ya puestos, también podemos reclamar la mordida a los fabricantes de ordenadores, a los fabricantes de móviles, a las empresas de hosting, a las de correo electrónico o incluso al propio Whatsapp, oiga, que hay gente que se pasa noticias por Whatsapp. ¿Quiénes se creen que son para cobrar 0,76 euros por una aplicación en la que la gente se pasa nuestras noticias? ¿No deberían darnos algunos de esos céntimos?

Leer artículo completo aquí de Carlos Otto


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