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ADSL por satélite: Telefónica se supera


Ha llegado a mis manos la oferta que va a lanzar Telefónica al mercado para dar servicio de banda ancha (léase ADSL) a clientes que no pueden disfrutar de estas conexiones mediante el sufrido y conocido “par de cobre”.





La idea es sustituir este par de cobre por una antena parabólica. El problema de esta nueva modalidad de conexión a Internet es que esa antena parabólica no nos hace prescindir del sufrido par de cobre; la antena, con todos sus aditamentos (módulo LNB, descodificador, cable, etc.) suple solamente el tráfico en el sentido servidor-cliente mientras que las comunicaciones cliente-servidor se realizan con un módem normal V.90 o, todo lo más, con un módem RDSI, con todas las limitaciones que conllevan estas conexiones.

El coste de puesta en marcha de este servicio supone, en la configuración básica y en el peor de los casos, un desembolso por parte del cliente de 758 euros (algo más de 125.000 Ptas.); un precio que pocos usuarios pueden permitirse. Además, a este desembolso inicial hay que añadir un coste mensual de 100 euros. Si subimos al escalón avanzado la instalación se incrementa en otros 250 euros y la mensualidad asciende a 250 euros.

Esta propuesta, además, deja al descubierto las carencias de todos los operadores de telefonía, especialmente las del operador dominante, al no ser capaces de llevar la tecnología ADSL a todos los usuarios de teléfono sin que estos tengan que efectuar desembolsos adicionales.

¿No pueden o no quieren? Nos llenan de publicidad operadoras y, especialmente, proveedores de acceso a Internet alabando las bondades de la conexión ADSL. Lo que no dicen en su publicidad es que alrededor de un 15% de los clientes de telefonía convencional no pueden acceder a este servicio. Es sorprendente que en un mismo municipio, con sólo cruzar la calle, se pase de poder a no poder tener ADSL.

El pasado 31 de diciembre, hace tres meses, Telefónica esperaba contar, según datos de la propia compañía, con algo más de 20 millones de líneas capaces de soportar la tecnología ADSL. Esa información no dice, sin embargo, cuando podrán disfrutar de ese acceso el resto de abonados; ni cuando se podrán beneficiar de esa tecnología los clientes TRAC. Por cierto: estos últimos tampoco podrían contratar aunque quisieran ese enlace vía satélite

Desde las Administraciones Públicas no se ha hecho ningún intento serio que obligue a estas empresas a invertir su dinero en el desarrollo tecnológico: han habido planes, proyectos, normas, decretos y demás parafernalia burocrática que, sobre el papel, intentaba hacer llegar a toda España la teórica potencialidad de la banda ancha. Proyectos e ideas que si están en marcha han arrojado poco o ningún resultado práctico. Las iniciativas políticas son muy loables, pero lo serían aun más si se pusieran en marcha de forma efectiva.

Los usuarios queremos que las compañías no se escudaran unas en otras para no dotar a la red de esa tecnología puntera de la que tanto presumen en su publicidad. Los usuarios queremos poder acceder a esos servicios tan maravillosos que nos ofrecen para poder comprobar que efectivamente son maravillosos. Pero queremos que esto se llevara a cabo a unos precios asequibles. De la misma forma que hay operadoras de telefonía que cobran sus llamadas locales a menos de un céntimo el minuto, queremos que en nuestras conexiones a Internet no tengamos que tener un reloj al lado para no pasarnos de la hora.

Telefónica de España, que no quiere o no puede instalar en mi domicilio una conexión ADSL convencional, va a pretender que a cambio acceda mediante dos conexiones: una normal por módem y RTB para dar las órdenes y otra vía satélite para recibir las respuestas. La pretensión es que deje todo mi sueldo en sus arcas porque yo no soy Onassis.

Telefónica de España parece creer que un coste de conexión de 1.200 euros anuales es un precio razonable; más las llamdas normales de voz; más las conexiones para dar las órdenes al servidor. Y esta es la forma en que quieren que España se suba al carro de la tecnología moderna: con precios que no pueden pagar prácticamente nadie, con excusas absurdas para no poder ADSL en sitios en los que la línea pasa por delante de los domicilios.

¿Se darán cuenta alguna vez que el teléfono ya no es un lujo? ¿Se darán cuenta alguna vez que Internet es el futuro de muchos puestos de trabajo? ¿Querrán alguna vez dejar de mirar sólo a sus bolsillos? ¿Querrá alguna Administración Pública meter la mano en semejante avispero?

Ángel Matilla Candás

Asociación de Internautas – Socio núm. 377

Yo todavía no puedo tener ADSL


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