I. Abril / MADRID (28-05-2003)
Las operadoras españolas tienen claro que la mejor manera de captar y fidelizar un cliente es preseleccionarlo. Es decir, lograr que firme un papel con su consentimiento para que todas sus comunicaciones se realicen a través de una telefónica alternativa, sin necesidad de tener que marcar prefijo antes de cada llamada.
Los resultados de este convencimiento se han visto desde que la preselección se implantó en España, tanto en el crecimiento del número de clientes como en su consumo, que ya no depende de que el usuario se acuerde o no de marcar los cuatro números previos a cada conexión.
Vistos los frutos de la preselección, los operadores alternativos han decidido unir sus fuerzas y presionar a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) para que vaya más allá. Encabezados por Uni2, BT, Jazztel, Tele2 y MCI Worldcom, una decena de compañías han firmado un documento en el que solicitan al regulador una nueva circular que permita captar clientes por teléfono.
'Si se pueden vender seguros por teléfono o Telefónica puede presentar ofertas a sus clientes por esta vía, no es comprensible que no se puedan conseguir preselecciones, sobre todo cuando el proceso de ir puerta a puerta es tan complejo y requiere tanta burocracia', explica una de las operadoras.
Conscientes de las reticencias que esta iniciativa podría provocar en Telefónica, el grupo de solicitantes ha intentado dar respuesta a lo que creen que será su principal crítica: la seguridad de la operación. Para garantizar que el cliente es quien dice ser y que todo se hace con su consentimiento, será un tercero independiente -ni Telefónica ni su rival- el que controle el proceso. Ya hay empresas dedicadas al denominado sistema de verificación verbal de abonados, cuyo trabajo consiste en contactar con posibles clientes y explicarles las ofertas.
Una vez conseguido el sí, se manda una carta al futuro abonado explicándole a qué se ha comprometido y dándole la oportunidad de echarse atrás. Si no hay orden en contra, el usuario habrá cambiado de operador de telefonía sin los largos trámites que existen ahora y su nueva telefónica tendrá que pagar por los servicios al intermediario.
La preselección telefónica, según los solicitantes, no sólo ahorra costes y facilita el proceso, sino que acorta los trámites y deja menos tiempo y margen de maniobra a Telefónica para intentar recuperar al cliente. Fuentes del mercado aseguran que la CMT es consciente de estas ventajas y que la carta no ha caído en saco roto. Así, esperan que el regulador haga una consulta pública sobre el tema antes del verano y que dé su veredicto en septiembre.
Reproducido de 5 Días
Los resultados de este convencimiento se han visto desde que la preselección se implantó en España, tanto en el crecimiento del número de clientes como en su consumo, que ya no depende de que el usuario se acuerde o no de marcar los cuatro números previos a cada conexión.
Vistos los frutos de la preselección, los operadores alternativos han decidido unir sus fuerzas y presionar a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) para que vaya más allá. Encabezados por Uni2, BT, Jazztel, Tele2 y MCI Worldcom, una decena de compañías han firmado un documento en el que solicitan al regulador una nueva circular que permita captar clientes por teléfono.
'Si se pueden vender seguros por teléfono o Telefónica puede presentar ofertas a sus clientes por esta vía, no es comprensible que no se puedan conseguir preselecciones, sobre todo cuando el proceso de ir puerta a puerta es tan complejo y requiere tanta burocracia', explica una de las operadoras.
Conscientes de las reticencias que esta iniciativa podría provocar en Telefónica, el grupo de solicitantes ha intentado dar respuesta a lo que creen que será su principal crítica: la seguridad de la operación. Para garantizar que el cliente es quien dice ser y que todo se hace con su consentimiento, será un tercero independiente -ni Telefónica ni su rival- el que controle el proceso. Ya hay empresas dedicadas al denominado sistema de verificación verbal de abonados, cuyo trabajo consiste en contactar con posibles clientes y explicarles las ofertas.
Una vez conseguido el sí, se manda una carta al futuro abonado explicándole a qué se ha comprometido y dándole la oportunidad de echarse atrás. Si no hay orden en contra, el usuario habrá cambiado de operador de telefonía sin los largos trámites que existen ahora y su nueva telefónica tendrá que pagar por los servicios al intermediario.
La preselección telefónica, según los solicitantes, no sólo ahorra costes y facilita el proceso, sino que acorta los trámites y deja menos tiempo y margen de maniobra a Telefónica para intentar recuperar al cliente. Fuentes del mercado aseguran que la CMT es consciente de estas ventajas y que la carta no ha caído en saco roto. Así, esperan que el regulador haga una consulta pública sobre el tema antes del verano y que dé su veredicto en septiembre.
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