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   Noticias - 18/Junio/00

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Las alternativas para conectarse a Internet son caras y no llegan a la mayoría de la población

El debate del coste de Internet por vía telefónica se está acentuando, pero hay otras alternativas que ofrecen tarifa plana

ÀLEX BARNET

BARCELONA. - La petición de una tarifa plana a través de la línea telefónica convencional para Internet que sea universal, barata y sin restricciones horarias es una antigua reivindicación internauta. La puesta en marcha de alternativas de conexión a la red -ADSL, RDSI, cable y satélite-, que cuentan con tarifa plana para las 24 horas del día, no ha conseguido paliar esa necesidad. La razón es que se trata de alternativas que, pese a su rapidez de transmisión, son aún más caras y no llegan a toda la población.

La tarifa plana a través de las líneas telefónicas convencionales anunciada por el Gobierno costará en torno a las 3.000 pesetas y utilizará la infraestructura telefónica, con lo que Internet estará más cerca de los usuarios de las 19 millones de líneas de teléfono fijos que existen en España. El precio y el alcance de la propuesta están en la línea de las reivindicaciones de los usuarios, a pesar de que se limita de seis de la tarde a ocho de la mañana, franja en la que se conectan la mayoritariamente los hogares. Esto ha provocado protestas de colectivos de usuarios.

La petición de tarifa plana, recogida por el Congreso en septiembre del año pasado y en su momento integrada en las promesas electorales de los principales partidos en las últimas elecciones, se ha mantenido inalterable en los dos últimos años, pese a la aparición de nuevas tecnologías que ofrecen unos servicios que utilizan esta etiqueta. Estos sistemas -ADSL, RDSI, cable y satélite- ofrecen tarifas planas con velocidades mayores de conexión y sin limitaciones de horario, pero sus precios son más caros y sus tecnologías no les permiten llegar a la mayoría de la población.

Se trata además de alternativas pensadas, en la mayor parte de ocasiones, para clientes empresariales o para clientes residenciales de elevado consumo, lo que las hace poco atractivas para la mayoría.

Popularizar la conexión a Internet a través del sistema más universal -la telefonía fija- y ofrecer un coste bajo de conexión parece la medida más razonable para extender el uso de la red. En Estados Unidos, que lleva un par de años de ventaja a Europa en temas de Internet, la tarifa plana telefónica ha sido uno de los factores clave para extender masivamente el uso de la red.

La conexión telefónica a Internet, generalmente, ocasiona dos tipos de gastos: el enlace a la estructura de la red, que el usuario paga a su ISP (proveedor de servicios de Internet), y la llamada de teléfono para conectarse. El coste del servicio de un ISP se sitúa entre las cero pesetas de los gratuitos y las 1.500-2.500 pesetas mensuales que se pagan por conexión de más calidad.

Esta partida nunca ha generado controversias sociales, todo lo contrario que el coste de la llamada telefónica local, que oscila, según el día y la hora, entre las 1,64 y las 4 pesetas por minuto. Esta sistema de tarifas está basada en el antiguo concepto de llamada local de voz y no tiene en cuenta que las conexiones a Internet son inevitablemente largas.

REPRODUCIDO DE  LA VANGUARDIA