Ocho pares de fibra con una longitud de 6.600 kilómetros, una capacidad de 160 terabytes por segundo (una velocidad 16 millones de veces mayor que en la actualidad) y una durabilidad de 25 años, representan la poderosa tarjeta de presentación de Marea, como sus impulsores han bautizado una infraestructura que empezará a construirse el próximo agosto y estará completada en octubre de 2017, según las previsiones. La presencia de la española Telxius, que venderá la capacidad como parte de su negocio de infraestructura de telecomunicaciones al por mayor, aportará la dilatada experiencia de Telefónica en la instalación de cables submarinos.
Las ventajas del cable
La innovación del diseño generará ventajas sin precedentes en este tipo de cables, como su capacidad de ser interoperable con una gran variedad de equipamiento de red. Las compañías promotoras argumentan que la puesta en marcha de Marea supondrá menores costes y simplificará los equipamientos de los consumidores, lo que a su vez repercutirá en un rápido crecimiento de los ratios de ancho de banda, una necesidad que el sistema podrá atender gracias a que puede evolucionar al mismo tiempo que la innovación en tecnología óptica.
En el caso de los españoles, el portavoz de Telxius especificó que «podremos trasladar mucha más información y con más rapidez, gracias a la mayor conectividad para la descarga de contenidos y aplicaciones». A ello añadió que «se abaratará el coste de los accesos individuales y se acelerará la llegada de las redes 5G, que dará soporte en la era del 'Internet de las Cosas'».
Según el acuerdo firmado para el despliegue de la infraestructura, Microsoft lo utilizará para sus servicios en la nube, como la plataforma Azure, el dispositivo de entretenimiento Xbox o sus propios servicios, como Skype u Office. Christiann Belady, su director de Planificación y Desarrollo de Microsoft, resaltó que el futuro megacable «servirá para satisfacer la demanda mundial». Con el objetivo de lograr una mayor conectividad, el vicepresidente de Ingeniería de Redes de Facebook, Najam Ahmad, se refirió a la importancia de la colaboración con Microsoft y Telxius «para poder elegir los mejores hardware y software para el sistema y agilizar la innovación».
El presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, se refirió así a los posibles riesgos de que este tipo de grandes inversiones atente contra la llamada neutralidad en la Red: «Puede ser el camino hacia una cierta exclusividad en los servicios, e, incluso, los contenidos, pero más bien es una buena noticia que empiecen a producirse alianzas entre las operadoras y las empresas tecnológicas para proteger este principio, que ha regido internet desde sus comienzos».
La construcción del cable es una tarea complicada desde el punto de vista tecnológico, según explicó el representante de Telxius: «Se utilizan barcos para desplegar poco a poco cables en zonas especialmente elegidas, hasta situarlos en el fondo del océano y lograr que la conexión funcione. El reto es prevenir que esa conexión no se rompa como consecuencia del transporte marítimo».
En cuanto a su grosor, el cable está compuesto de fibras ópticas, una especie de «pelos» de cristal que permiten transmitir información a alta velocidad. Contarán con un revestimiento impermeable de diferentes materiales como el polietileno, alambres de acero trenzado, aluminio resistente a la humedad y policarbonato para frenar el deterioro.